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sábado, 29 de agosto de 2015

Les digo que entre los mortales no ha habido nadie más grande que Juan...Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús


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TEMAS PARA PREDICAR
¿BUSCAS LA GRANDEZA ENTRE LOS HOMBRES  O QUE DIOS TE DECLARE QUE ERES GRANDE?

Muchísimas veces en la vida, en diferentes dominios o actividades de nuestro diario vivir, buscamos ser «un grande». Cuando me refiero a ser grandes no estoy diciendo ser «agrandados». Me refiero a «ser un grande», «ser un gran padre, ser una gran madre, ser un gran amigo, ser un gran ministro, ser un gran hermano». En la Biblia, el libro a los Efesios dice que somos hechura de Dios.

  «Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica» (Efesios 2:10).

La palabra «hechura» es la misma que se traduce al español como «poema». Por lo tanto, el texto revela que en verdad «Somos un poema de Dios» destinados a ser grandes en diferentes funciones, actividades y lugares donde nos tocó vivir y llevar a cabo su plan.
Él nos escogió antes de la fundación del mundo para ser grandes, para marcar una diferencia al desarrollar todo el potencial que nos regaló como sus poemas preciados.
En los últimos años vi a muchas personas confundir el «ser grandes» con ser «agrandados». Individuos que han logrado el espacio y contexto de autoridad o que Dios les ha abierto puertas para bendecir a su Pueblo.

El Señor los bendijo con miles de santos a su cargo y en vez de servirlos se enaltecen. Han construido grandes iglesias, con grandes presupuestos y enormes edificios. Pero también con grandes murallas entre ellos y la gente que Dios puso a su cargo. Guardaespaldas, numeroso séquito de alabadores personales y altanería que sirven de muro entre el pueblo de Dios y ellos.


También observamos en el mundo actual aquellos que confunden «ser grandes» con «ser agrandados» en sus modales, hábitos y forma de relacionarse con otros. La arrogancia se convirtió en moda de una cultura exitista que dejó de lado la integridad y los valores que la Biblia declama.

Otros, que han sido llamados a ser grandes, se conforman con ser de promedio bueno.
Frecuentemente son buenos en la mediocridad, pero cuando quieren participar de grandes juegos en su vida, ser grandes en aquello que aman, les falta herramientas o modelos para seguir. Se conforman con ser promedio bueno. Una definición de promedio es: «el mejor de los peores o el peor de los mejores». ¿Quién desea ser del promedio desde esta perspectiva? Elevemos nuestra visión de ser grandes en cada área de nuestra vida.

Pero cuando queremos ser grandes, algo nos está faltando. Nos preguntamos: «¿Hay algunas características en la Palabra de Dios que nos enseñe a ser un grande?». Sí, las hay. Podemos aprender de las Escrituras a «ser un grande».


GRANDES PARA DIOS

  «Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos» (Mateo 5:19).

Llegará el tiempo en que aquellos que practiquen y enseñen las Escrituras serán considerados grandes en el reino milenario. No se los titulará grandes por lo que harán en el tiempo venidero sino por lo que hicieron en su vida, por haber elegido no ser pequeños a la estatura de las circunstancias, sino grandes a la altura del amor de Dios en su vida antes de la Segunda Venida del Señor Jesucristo.

¡Es posible ser un grande! Podemos elegir cambiar nuestra vida de promedios o fluctuaciones y pasar a diseñar acciones para ser grandes en nuestro diario vivir. En un mundo y un tiempo donde encontramos hombres pequeños que se arrastran tras el dinero o las pasiones, o agrandados por no haber sostenido aquello que los llevó a ser líderes, podemos elegir ser grandes, en cada pequeño acto de la vida, en cada hecho cotidiano, cada vez que nos relacionamos con otros o con el mismo Señor Jesucristo.

El salmista Jaime Murrel dice en una de sus canciones: «Amar no es sentir sino actuar». Y este es nuestro tiempo para amar a lo grande, no con migajas. Pero…, ¿Cómo se puede ser un grande?
La Palabra de Dios nos enseña cómo ser grandes en cada área de nuestra vida y no tener miedo de serlo.
¿Quién mejor que Jesús para enseñarnos y así aprender a ser un grande?
Jesús dijo:

  «Les digo que entre los mortales no ha habido nadie más grande que Juan» (Lucas 7:28).

El Señor Jesús hablaba de Juan el Bautista como el más grande de los mortales. Según Jesús, Juan era «un grande». ¿Qué características tenía este hombre para que Jesús dijera eso de él?

Si alguien quisiera ser llamado grande o saber si llegó a ser un grande en alguna área de su vida, quién mejor que Jesús para confirmarlo.

Qué magnífico sería que cuando el Señor retorne y estemos cara a cara, él pueda decirnos que hemos sido «grandes» cristianos, grandes ejemplos, grandes posiblidades para otros. Que nos diga «eres un grande».

Jesús dijo que no había hombre más grande entre los mortales que Juan el Bautista. Oír estas palabras de boca del Mesías nos anima a preguntar quién fue Juan el Bautista para que sea reconocido de esa manera.


JUAN EL LÍDER


Históricamente pensamos en Juan el Bautista como aquel profeta solitario enviado por Dios antes que Jesús. Pero vemos que fue mucho más que eso. Juan el Bautista fue un líder.
Cuando nos referimos a él como líder no estamos hablando de aquel que lleva la voz cantante en un grupo, o que tiene la autoridad para decir o hacer. No hablamos de quien dirige sino de quien lidera. No direcciona la vida de las personas sino que muestra un camino más excelente, abre espacios y contextos que antes no existían, crea nuevas realidades que antes no existían. Dirigir a personas genera una dependencia mortal con los dirigidos. Ellos no pueden vivir sin aquel que direcciona su vida. Cuando este desaparece, ellos también. Liderar es ayudar a crecer para que puedan pasar a nuevos niveles por su propia elección.

Entendemos por líder a alguien que va adelante de otros. Juan el Bautista fue alguien que iba delante liderando un proceso.

Para ser un grande primero debe ser un líder, no solamente de personas, sino también de su propia vida. Aprender a mirarse en el espejo del Señor y ver la gloria de Dios reflejada en su vida. No se empieza liderando a cientos de personas, sino a su propio ser, su entorno más íntimo, lo cotidiano. Con el primer equipo que trabaja el líder es con su propio ser. Y eso nace de la decisión de entrenar su propia vida y desarrollarse de tal modo que sus frutos sirven de ejemplo a otros.

En las últimas décadas, el entrenamiento disponible para los líderes los ha ayudado en su formación, no en su transformación. Se prepararon con técnicas de oratoria, de estrategias, de manejo de masas, pero poco hizo para los momentos de presión familiar, para guiar a la familia, para desarrollar una vida de santidad y ser luminares en medio de una generación maligna y perversa. Si bien son exitosos en sus trabajos, siguen entremezclados en diferentes dominios con la cizaña que crece galopante donde no logran diferenciarse.

En muchos casos no pueden ir más allá de lo que son. Aunque lo intentan, la formación no ayuda para ser poderosos espiritualmente y en su manera de ser, solo la transformación lo logra. Caen ante los ojos de los que lo siguen, de Dios o de las circunstancias.


LLAMADO A LIDERAR

En el Santísimo de los santísimos, el ángel Gabriel profetizó a Zacarías, el padre de Juan el Bautista sobre la vida de su futuro hijo:

  «Él irá primero, delante del Señor, con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y guiar a los desobedientes a la sabiduría de los justos. De este modo preparará un pueblo bien dispuesto para recibir al Señor» (Lucas 1:17).

Juan lideró el proceso de preparación para la llegada del Ungido de Dios. No fue solo una voz en el desierto o un profeta solitario que nadie seguía. Fue un gran líder que creó y generó los espacios necesarios delante del Señor. Lideró a un grupo de discípulos. Los escribas y fariseos lo respetaban y le tenían miedo y fueron a preguntarle en nombre de quién bautizaba. No ponían en juego su autoridad para bautizar en nombre de Dios, sino en nombre de quién lo hacía. Influenció entre los gobernantes. La multitud (¡no pocos!) se acercaba a él para ser bautizada y arrepentirse de sus pecados.

No fue un hombre más. Fue el líder del proceso más apasionante en la historia de la humanidad: la venida del Mesías. Un proceso similar al que vivimos hoy, a la espera de la llegada del Señor. En este proceso Juan fue exitoso, «un grande». Podemos aprender mucho de él.


¿UN GRANDE EN ESTE MUNDO ACTUAL?

En el mundo de lo laboral existen trabajos que en los próximos 15 años desaparecerán. Serán reemplazados por sistemas robotizados o computarizados que cubrirán lo que hoy realizan individuos.

Esto ya está sucediendo en lo subliminal de las organizaciones. Quienes entrenamos personas podemos ver cómo algunos, por más que le muestre grandes ideas o procesos para su mejor desenvolvimiento en la organización, no terminan de asimilarlo porque hay como una conciencia de que a pesar de llegar al resultado, cuando lo logre, el mismo será irrelevante. Dado que la realidad cambia tan vertiginosamente que por más que se esfuerce en su trabajo, el mismo no será efectivo para cuando lo ponga en acción.

La mayoría de las organizaciones hoy diseñan acciones para mejorar el resultado. Pero cada vez se necesita más y más implementación empresarial para lograr el resultado buscado. Como sucede con los procesos actuales en el estudio de futuras vacunas. Los científicos encuentran que día a día los virus se fortalecen y necesitan de algo superior para ser eliminados.

Por eso, pensamos que en un futuro, el mundo no tendrá tanto que ver con el resultado que logre sino que el resultado sea la consecuencia de quien es usted. No solo el resultado por el resultado mismo sino como el final de un proceso de una manera de ser poderosa.

Ya no es tan importante el resultado en las relacionas humanas sino que antes de alcanzar el resultado sea un grande. En cualquier dominio de las organizaciones lo que determinará la diferencia entre el que tiene un trabajo asegurado, una vida tranquila y que pueda disfrutar de su diario vivir es si usted es o no un grande.

Cuando me refiero a grande, no lo hago desde el concepto de pensar que grande es aquel que tiene mayor cantidad de resultados por desarrollar en su trabajo para alcanzar la perfección sino grande en la manera de ser. A través de una poderosa manera de ser puede lograr el resultado que sea necesario en cualquier área de la vida. Deseo impulsar a que cada uno, en su diario vivir, sea un grande.

¿Cómo incorporar el valor «grande» en medio del mundo que hoy vivimos?
¿Qué significa ser un grande?
Para algunos pensadores ser un grande tiene que ver con el resultado pomposo y exuberante que la persona pueda tener. ¿Hay alguna manera de poder buscar en las Escrituras si hay un valor que determine lo que significa ser un grande?


viernes, 28 de agosto de 2015

Juan, a la verdad, bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo después de no muchos días

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Preparemos sermones Expositivos
Los Hechos de los apóstoles

Promesa acerca del Espíritu Santo
1 En el primer relato  escribí, oh Teófilo,  acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido. 3 A éstos también se presentó vivo, después de haber padecido, con muchas pruebas convincentes. Durante cuarenta días se hacía visible a ellos y les hablaba acerca del reino de Dios. 4 Y estando juntos, les mandó que no se fuesen de Jerusalén, sino que esperasen el cumplimiento de la promesa  del Padre, "de la cual me oísteis hablar; 5 porque Juan, a la verdad, bautizó en  agua,  pero vosotros seréis bautizados en  el Espíritu Santo después de no muchos días." 


LOS HECHOS de los APÓSTOLES

Introducción

A. IMPORTANCIA

El Libro de los Hechos tiene un lugar único en el Nuevo Testamento. Constituye el eslabón lógico entre los Evangelios y las Epístolas. Uno tendría mucha dificultad para leer y comprender las Epístolas de Pablo sin el fondo provisto por Los Hechos. Dos o tres ejemplos en 1 Tesalonicenses ilustrarán pronto el asunto. Pablo dice que él y su compañero habían “antes padecido y sido ultrajados en Filipos” (1 Ts. 2:2). Hechos 16:19–24 describe el trato vergonzoso. 

En otra ocasión Pablo escribe: “Por lo cual, no pudiendo soportarlo más, acordamos quedarnos solos en Atenas y enviamos a Timoteo… para confirmaros” (1 Ts. 3:1–2). Al leer Los Hechos descubrimos que Timoteo se unió al grupo en Listra en el segundo viaje misionero de Pablo (Hch. 16:1–3). También leemos en el capítulo 17 cómo Pablo fue forzado a abandonar Tesalónica y Berea por causa de la persecución de los judíos y se fue a Atenas. De allí volvió a enviar a Timoteo a Tesalónica. 

El Libro de los Hechos nos da asimismo el marco histórico para las epístolas paulinas (con excepción de las pastorales). Es la primera historia escrita de la iglesia, aunque sólo cubre un período de 30 años (30–61 ó 62 D.C.).


B. AUTOR

La voz universal de la iglesia primitiva declara que Hechos fue escrito por Lucas. Esto es especialmente significativo porque Lucas sólo se menciona tres veces en el Nuevo Testamento. Era común en la segunda y tercera centurias atribuir evangelios apócrifos, Los Hechos y varias epístolas a diversos apóstoles, pero no a un hombre desconocido. Esto es por sí solo un argumento fuerte en favor de atribuirle la paternidad literaria del Libro de los Hechos a Lucas.

Las tres referencias a Lucas están en las epístolas paulinas. En Filemón 24, Pablo incluye a Lucas en la lista de sus colaboradores. En Colosenses 4:14 habla de él, “como Lucas el médico amado” y en 2 Timoteo 4:11, escribe: “Sólo Lucas está conmigo.” Estas Escrituras demuestran que Lucas era compañero de Pablo, que era médico y que sólo él estaba con Pablo al finalizar sus días, probablemente atendiéndole como médico. La evidencia externa de que Lucas es el autor es adecuada. 

Grant escribe acerca del testimonio de Ireneo sobre Los Hechos en la primera parte de la segunda centuria: “No sólo usó, sino que proveyó la prueba clásica de que fue escrito por Lucas; la detallada información dada en los pasajes en que el sujeto es ‘nosotros’ (Hch. 16:9–1820:5–21:1827:1–28:16) indican que fue escrito por un compañero de Pablo que fue con él a Roma; este compañero tiene que haber sido Lucas, prisionero con Pablo en Roma (Col. 4:14) y más tarde (2 Ti. 4:11).” El Fragmento Muratorio (ca. 200 D.C.) dice:

  Además, los hechos de todos los apóstoles fueron escritos en un libro. Lucas los condensó para el más excelente Teófilo, porque los eventos individuales sucedieron en su presencia—como claramente lo demuestra omitiendo la pasión de Pedro, tanto como la partida de Pablo cuando este último salió de la ciudad [de Roma] para ir a España.

La evidencia interna, aunque no tan definida, es fuerte. Su punto básico nos lo da Ireneo, como ya hemos visto. Los pasajes en que el sujeto es nos (o nosotros) prueban que el autor de Los Hechos era compañero de Pablo. Existe un acuerdo casi universal entre los eruditos del Nuevo Testamento de que estos pasajes muestran tal unidad de estilo y de lenguaje como para indicar que la totalidad del libro fue evidentemente escrito por la misma persona. De los compañeros de Pablo mencionados con mayor preeminencia en sus epístolas, sólo faltan dos que no están citados en Hechos, Tito y Lucas. Cuando hay que elegir entre estos dos hombres, podemos dejar que la iglesia primitiva decida el asunto a favor de Lucas.

Otra evidencia interna necesita ser mencionada. En 1882, Hobart publicó un libro en el cual afirmaba que hay bastante empleo de lenguaje médico en el Evangelio de San Lucas y en Los Hechos para probar que el autor de estos libros tuvo que ser un médico. Harnack, el gran erudito alemán, prestó un fuerte apoyo a esa tesis. Después que él mismo hiciera su vigorosa investigación sobre el tema, escribió: “La evidencia es de fuerza abrumadora; de modo que para mí, no puede existir duda de que el tercer evangelio y el Libro de los Hechos de los Apóstoles fueran escritos por un médico.” 

Zahn declaró: “W. K. Hobart ha probado a satisfacción de cualquiera que esté dispuesto a evaluar la evidencia, que el autor de la obra de Lucas estaba familiarizado con el lenguaje técnico de la medicina griega y de esto se deduce que era un médico griego.” Moffatt sintió que el estudio de Harnack “ha demostrado esto de modo sumamente conclusivo”.6 A. B. Bruce, escribiendo sobre los Sinópticos en The Expositor’s Greek Testament toma la posición de Hobart en su comentario del Evangelio de Lucas.

Oponiéndose directamente a esto, Cadbury aseveró que Hobart estaba equivocado y que no hay evidencias de un lenguaje técnico médico en los libros de Lucas y Hechos. El escribió: “Es dudoso que su interés [el de Lucas] sobre las enfermedades y su curación excediera al de sus compañeros evangelistas u otros contemporáneos que no eran médicos, al mismo tiempo que las palabras que comparte con otros escritores médicos se encuentran también ampliamente en otra literatura griega para hacernos suponer que provienen de un vocabulario profesional.”

Con todo el respeto que a este escritor le merece la erudición de su antiguo profesor en la Universidad de Harvard, él no puede estar de acuerdo con esta categórica declaración. Aunque Hobart fue demasiado lejos en sus conclusiones, hay un residuo innegable de evidencia de que el autor del tercer evangelio y de Los Hechos muestra la perspectiva de un médico. 

El autor concuerda con Major cuando dice: “Sin embargo hay pasajes en los escritos de Lucas de los que no podríamos decir que prueban, sino que sostienen la hipótesis de que el autor era un médico.” En igual vena, Wikenhauser, después de notar que el “argumento lingüístico en sí mismo” no prueba que “sólo un médico pueda haber escrito los dos libros”, sin embargo añade: “A pesar de eso, la tradición no necesita ser abandonada, y todavía puede ser sostenida porque el autor manifiesta familiaridad con la terminología médica.”9

C. LUGAR DE ESCRITURA

Hay una tradición de que Lucas escribió Los Hechos en Acaya (Grecia). Pero parece más exacto asumir que lo hizo en Roma, donde él termina su libro (Hch. 28:16–31).

D. FECHA

En el siglo XIX muchos eruditos pretendieron que Hechos fue escrito a mediados de la segunda centuria. John Knox propuso ese criterio en años recientes. Pero pocos lo han apoyado. Moffatt sostiene que fue alrededor del año 100. Más popular ha sido el criterio de Goodspeed y Scott,14 de que Hechos fue escrito alrededor del año 90 D.C. Ambos creen que Lucas es el autor. Zahn creyó que la mejor fecha era la de 75 D.C.

Por otra parte, Harnack arguyó enérgicamente en favor de una fecha anterior al 70 D.C., “quizá tan temprano como el principio de la séptima década de la primera centuria”, es decir, poco después del 60 D.C. Torrey piensa que el tercer evangelio fue escrito alrededor del año 60 D.C. y Los Hechos, poco después. 

Parece razonable pensar que Lucas escribió su evangelio en los dos años que Pablo estuvo prisionero en Cesarea—o que por lo menos reunió sus materiales en esa época; y el Libro de Los Hechos durante el cautiverio de dos años que Pablo pasó en Roma. Esa es la deducción más natural sacada del hecho de que la historia termina en ese punto. Eso nos haría creer que el libro fue escrito alrededor del año 62 D.C.

E. PROPÓSITO

La escuela de críticos en Tubinga, Alemania, sostuvo en la última parte del siglo XIX que el propósito de Hechos fue reconciliar a los partidos de Pablo y de Pedro existentes en la iglesia que, por decirlo así, estaban a punta de espada mutuamente. Pero esta teoría “tendencista” ya ha sido abandonada a la luz de escudriñamientos de tiempos después. De hecho, Henshaw llega hasta a decir: “La investigación ahora ha refutado completamente esa teoría.”

Generalmente es sostenido por los eruditos actuales que el prefacio al Evangelio de Lucas (1:1–4) se aplica también a Los Hechos. Si es así, el propósito primitivo, como se declara allí, era que Teófilo pudiera “conocer bien la verdad de las cosas en las cuales había sido instruido”. Una lectura del libro mismo parece apoyar claramente la aserción de Clogg de que el objeto de Lucas era demostrar: “(1) El poder que poseyeron los apóstoles mediante el Espíritu Santo… (2) La expansión gradual de la iglesia, parcialmente numérica mediante este poder de los apóstoles, y parcialmente geográfica.”

Kirsopp y Silva Lake sugieren un triple propósito que quizá formara una declaración más adecuada del caso. Ellos declaran que entre los motivos para escribir el libro, estaban:

  a. Un deseo de probar la inspiración y dirección sobrenatural concedida a la iglesia el día de Pentecostés… b. Un deseo de demostrar que los mejores magistrados romanos nunca decidieron contra los cristianos… c. Un deseo puramente histórico de demostrar cómo la iglesia dejó de ser judía y llegó a ser helénica, porque los judíos rechazaron y los griegos aceptaron el mensaje de salvación.

F. TEXTO

Es necesario decir unas palabras acerca del texto de Los Hechos. Tiene algunos rasgos distintivos que no se encuentran en ningún otro libro del Nuevo Testamento.

Los eruditos han distinguido por lo general cuatro tipos de textos en el Nuevo Testamento. El primero es el texto Bizantino encontrado en la mayor parte de los manuscritos tardíos. Este sirvió de base al llamado Textus Receptus empleado en la versión inglesa King James. Es casi consenso univeral que este es el más pobre de los textos griegos.

El mejor de los textos es el que Westcott and Hort llamaron el texto Neutral (no editado). Este nombre, que causa tantas preguntas, ha sido abandonado casi completamente en la actualidad en favor de una designación más apropiada, el texto Alejandrino. En general éste se encuentra en los dos grandes manuscritos de la cuarta centuria, el Vaticano y el Sinaítico. Solamente los manuscritos papiros de partes del Nuevo Testamento son más antiguos que estos dos. Los traductores modernos emplean este texto que se basa en los más antiguos manuscritos.

El tercero de los textos es conocido con el nombre de texto Occidental y se encuentra en el codex de Beza (designado como D), desde la quinta centuria y también en la antigua versión Latina del Norte de Africa.

La cuarta familia más recientemente identificada por los eruditos es denominada texto Cesareano. El gran problema que confrontan los eruditos textuales es el interrogante de cuál, si es que hay alguna, de estas versiones occidentales representa las tradiciones genuinas. Pero parece dudoso que alguna de hecho pertenezca al texto original. Una comparación completa de los textos del Vaticano y el de Beza, con varias notas, puede encontrarse en el tomo III de Beginnings of Christianity (Comienzos del cristianismo).

Bosquejo Didáctico

          I.      Introducción, 1:1–26
      A.      Los Cuarenta Días, 1:1–11
      B.      Los Diez Días, 1:12–26

          II.      Testificando en Jerusalén, 2:1–7:60
      A.      Los Testigos Predicando, 2:1–47
      B.      Los Testigos Realizando un Milagro, 3:1–26
      C.      Los Testigos Perseguidos, 4:1–22
      D.      Los Testigos Orando, 4:23–37
      E.      Los Testigos Perseguidos, 5:1–42
      F.      Los Testigos Progresando, 6:1–7
      G.      Los Testigos Condenados a Muerte, 6:8–7:60

          III.      Testificando en Judea y en Samaría, 8:1–12:25
      A.      Testificando en Samaría, 8:1–25
      B.      Testificando al Eunuco Etíope, 8:26–40
      C.      Un Testigo Convertido, 9:1–31
      D.      Testificando en Judea, 9:32–43
      E.      Testificando a los Gentiles, 10:1–11:30
      F.      Testigos Perseguidos, 12:1–25

          IV.      Testificando al Mundo Gentil, 13:1–28:31
      A.      Chipre, 13:1–12
      B.      Asia Menor, 13:13–14:28
      C.      Concilio de Jerusalén, 15:1–35
      D.      Nuevamente en Asia Menor, 15:36–16:10
      E.      Macedonia, 16:11–17:15
      F.      Grecia, 17:16–18:17
      G.      Asia 18:18–20:38
      H.      Viaje a Jerusalén, 21:1–16
      I.      Jerusalén, 21:17–23:35
      J.      Cesarea, 24:1–26:32
      K.      Viaje a Roma, 27:1–28:16
      L.      Roma, 28:17–31

Sección I Introducción


El primer capítulo de Hechos es una introducción para todo el libro. Los “hechos” realmente comienzan en el capítulo 2 cuando el Espíritu Santo invistió y dio poder a los apóstoles y a otros para obrar efectivamente. El primer capítulo constituye un eslabón entre el Evangelio, finalizando en la ascensión y los comienzos de la historia de la iglesia en Pentecostés.

El contenido consiste en una breve declaración de lo que sucedió entre los 40 días desde la resurrección de Cristo y la ascensión (1–11) y la única descripción que tenemos de lo sucedido durante los 10 días entre ésta y Pentecostés (12–26). De este modo el primer capítulo es de gran significado histórico.

  A.      LOS CUARENTA DÍAS, 1:1–11

Aunque está insinuado que Jesús aparecía de tiempo en tiempo durante los cuarenta días (véase el diagrama B), aquí sólo se mencionan dos de esas apariciones. En la primera (4–5) El les manda aguardar la promesa del Espíritu Santo. En la segunda (6–9) El les da la promesa de poder para santificar.



    1.      El mandato (1:1–5)


Este párrafo propiamente puede ser llamado el prefacio o prólogo del Libro de los Hechos, aunque algunos restringen el prólogo a los dos primeros versos. Quizá esta sea la mejor conclusión: “Hechos comienza con una transición más que con un prefacio.” Generalmente es sostenido por los eruditos novotestamentarios de nuestra época que el prefacio de Lucas 1:1–4 tuvo el propósito de servir de prólogo al Libro de los Hechos.

Lucas se refiere inmediatamente al primer tratado (1). La palabra griega primer es protos, que en el griego clásico era empleada para el primero de tres o más artículos o párrafos. Esto ha hecho que algunos crean que Lucas se había propuesto escribir un tercer libro. Ellos sienten que esto ayuda a explicar por qué Hechos termina en forma tan abrupta. Pero la mayoría de los eruditos modernos concuerdan con Lumby quien escribe: “El uso de protos para el primero de dos cosas no era extraño en las últimas épocas del griego.” Como ejemplos de ello en el Nuevo Testamento tenemos: Mateo 21:28;1 Corintios 14:30Hebreos 8:79:15Apocalipsis 21:1

El empleo de “primero” por “anterior” es común en nuestro idioma actual. El término griego tratado es logos, traducido “palabra” en 218 de las 339 veces que se repite en el Nuevo Testamento. Aquí sólo se ha traducido “tratado”. Pero este empleo está justificado por Jenofonte (siglo IV A.C., quien habla de un “libro” de su Anabasis como un logos. El primer tratado es sin duda alguna el Evangelio de Lucas, que también está dedicado a Teófilo.

El Evangelio de Lucas y el Libro de los Hechos son las obras más extensas del Nuevo Testamento. Juntos constituyen una cuarta parte de su contenido. Es probable que los límites de estos dos libros fueron establecidos por el hecho de que era impráctico hacer un rollo de papiro de más de 12:5 metros de longitud. Lucas y Hechos ocuparían cada uno 11 metros—¡un rollo bastante incómodo!

El nombre Teófilo (“amante de Dios”) se encuentra sólo aquí y en Lucas 1:3 donde se le llama excelentísimo (véase el comentario al respecto). Algo se ha especulado sobre la razón de la omisión del título aquí. Blaiklock menciona tres razones posibles: “Un aumento en la profundidad de la amistad, el abandono de su oficio, o la conversión al cristianismo.” Pero quizá la sugestión más simple sea que Lucas no vio la necesidad de repetir su título.

Lucas dice que en su primer tratado, él escribió acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar. Algunos eruditos modernos han llegado a negar que la palabra comenzó tenga algún significado, sosteniendo que se trata de un mero auxiliar semítico—comenzó a hacer equivale a poco más que “hizo”. Pero F. F. Bruce objeta correctamente a ese punto de vista. El interpreta la cláusula, como lo hacen muchos otros comentadores: “Como el Evangelio nos enseña lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar, así Los Hechos nos dicen lo que El continuó haciendo y enseñando por su Espíritu en los apóstoles, después de su ascensión.”

La doble expresión a hacer y a enseñar atrae la atención a los dos principales aspectos del ministerio de Jesús—sus obras y sus palabras. Ambas tenían la capacitación divina.

Lucas indica que en su primer tratado, el evangelio que lleva su nombre, él había descrito las obras y palabras de Cristo hasta el día en que fue recibido arriba (2). Es un hecho sorprendente que el Evangelio de Lucas, y sólo en éste, el relato termine con una descripción de la ascensión.

Después de haber dado mandamientos. Es un participio en griego, “habiendo mandado”. Sería mejor traducido en singular “habiéndoles dado mandamiento” (ASV). Esto se refiere a la gran comisión (Mt. 28:18–20) que fue el mandamiento final de Cristo a sus discípulos.

Padecido (3) es sólo usado aquí en el Nuevo Testamento para aludir a los sufrimientos y muerte del Señor. Las primitivas versiones inglesas tienen esta palabra en una media docena de lugares, siguiendo en ello a la Septuaginta que reza passio (gr., pathema, “sufrimiento”).

Se presentó (3) es la mejor versión. Literalmente, “El se puso al lado de ellos” en su aparición de post-resurrección, de tal manera que ellos no pudieran dudar que era El (cf. Lc. 24:30–31).

Pruebas indubitables es una sola palabra, “pruebas” (ASV), pero es un término enérgico (tekmerion), que se encuentra solamente aquí en el Nuevo Testamento. Significa “señal segura, prueba positiva”. Thayer la define como “evidencia indudable, una prueba, algo de lo cual se está seguro por completo”.9 Arndt y Gingrich dicen que significa: “Prueba convincente y decisiva”, pudiendo traducirse la frase, “por muchas pruebas indubitables”.

Apareciéndoseles durante cuarenta días quiere decir que Jesús apareció a sus seguidores de cuando en cuando durante ese período (véase el diagrama B) como vemos por los relatos de los evangelios. Este es el único lugar en el Nuevo Testamento donde se ha declarado la extensión de su ministerio después de su resurrección.

El tópico de la conversación de Cristo durante esos 40 días fue el reino de Dios. La frase, que se encuentra frecuentemente en los evangelios, significa el reinado o gobierno de Dios en los corazones de los hombres. Sin duda Jesús les habló de la naturaleza espiritual del reino. Pero la verdad penetró con mucha lentitud. Que todavía los discípulos consideraban el reino como si fuera algo político lo demuestra la pregunta del verso 6: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?

Estando juntos (4) en griego es una sola palabra (synalizomenos). Cadbury y Lake adoptan una versión alternativa encontrada en Eusebio, synaulizomenos, que significa: “pasemos la noche juntos.” Esta es base evidente para la versión “estando con ellos” (RSV). Probablemente sea una mejor traducción lo que se lee en la margen de las versiones inglesas: “comiendo con ellos.” Esto ha sido favorecido por C. S. C. Wilson en su traducción, “participando de la comida con ellos”.

Mandó no es la misma palabra en griego que encontramos en el verso segundo (leer el comentario respectivo). Abbott-Smith indica que la palabra empleada en el verso primero “señala más bien a los contenidos de un mandato”, mientras que la que tenemos ahora es empleada “especialmente para transmitir orden de un comandante militar”. Los discípulos no estaban todavía adecuadamente preparados para la mayor ofensiva contra el enemigo. De modo que su General les dio la orden de esperar (lit., “permanecer allí, cerca”) hasta que fueran llenos del Espíritu Santo para poder realizar su comisión.

El mandato de que no se fueran de Jerusalén sugiere que los discípulos estaban planeando su retorno a Galilea. Los líderes judíos de Jerusalén habían llevado a la muerte a su Maestro y naturalmente era de esperar que persiguieran a sus seguidores. Además, los ángeles en la tumba vacía les habían mandado decir, por medio de las mujeres, que debían encontrarse con su Señor resucitado en Galilea (Mt. 28:7;Mr. 16:7). Jesús se había encontrado allí con ellos (cf. Mt. 28:16–20Jn. 21:1–14). Por lo tanto parecía lógico que los discípulos retornaran a ese lugar.

Pero su Maestro tenía otros planes para ellos. El les ordenó que esperasen en Jerusalén la promesa del Padre; es decir, la promesa dada por el Padre (cf. Is. 44:2–5Ez. 39:28–29Jl. 2:28–29). Esta es una promesa, la cual oísteis de mí (cf. Lc. 24:49Jn. 14:162615:26). Rackham nota que el “súbito cambio del lenguaje indirecto al directo (les dijo no está en griego) es característico del estilo dramático de San Lucas”.

La declaración del verso 5 corre estrechamente paralela a las palabras de Juan el Bautista halladas enMateo 3:11Marcos 1:8; y Lucas 3:16. Exactamente como Jesús repitió el texto principal de la declaración de Juan (cf. Mt. 3:24:17), ahora aquí hace eco a la primitiva declaración del Bautista. El vigoroso énfasis sobre el bautismo del Espíritu Santo, como algo que es mayor y más esencial que el bautismo del agua, anticipa el impulso central del Libro de los Hechos. Cualquier forma de cristianismo que descuide el bautismo del Espíritu Santo es incompleta y prepentecostal. 

De hecho no ha cumplido la predicación de Juan el Bautista. Sin este bautismo no habría Libro de los Hechos y como consecuencia no habría iglesia cristiana en la actualidad. Sin el bautismo del Espíritu Santo en la experiencia personal no hay capacitación adecuada para una vida victoriosa y servicio efectivo.

La última cláusula del 5 dice literalmente: “No muchos días después de estos.” Williams comenta: “El curioso orden de palabras… puede ser una forma aramea (Torrey y Burney) o posiblemente un latinismo (Blass).” Probablemente signifique: “no muchos días después de hoy.”16

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sábado, 4 de agosto de 2012

Homiletica Obreros y ministros Itinerantes: Unidad del Sermon

Homiletica Obreros y ministros Itinerantes: Unidad del Sermon


biblias y miles de comentarios





LECCION 4
COMPROBACION
     1.     b.     El tema es un enunciado corto que resume la idea central del mensaje.
Usted ha escogido el enunciado correcto. Siga adelante con su estudio.
a.     El tema es un enunciado muy atractivo por medio del cual el predicador demuestra sus capacidades.
Esta no es el enunciado correcto. Usted no ha comprendido el párrafo. Vuelva a leerlo y a escoger el enunciado correcto.
c.     El tema es todo un párrafo de una media hoja que explica las principales ideas del mensaje.
Esto es precisamente lo opuesto de lo mencionado en el párrafo. Vuelva a leer cuidadosamente el párrafo, y escoja de nuevo el enunciado correcto.
     2.     frustración, confusión.
     3.     Debe estudiarlo hasta conocerlo bien.
     4.     aplicación.
     5.     c.     utilizar un lenguaje fácilmente comprensible para los oyentes, y que permita tratar los temas con toda la profundidad requerida.
Ese es precisamente el pensamiento descrito en el párrafo que usted acaba de leer. Usted ha comprendido bien. Siga adelante con su estudio.
a.     no meterse en profundidad de conceptos cuando el tema es nuevo, o la congregación está formada por personas de tan poca preparación que no entenderían temas profundos.
Cuando el tema es nuevo para la congregación, el predicador que realmente ha estudiado su mensaje y que ha reflexionado suficiente tiempo en cada punto, muy bien puede meterse en profundidades. Logra hacerlo porque si conoce bien su tema, puede ocupar ilustraciones y palabras sencillas para explicar lo que él ya conoce bien. Es difícil meterse en profundidades y utilizar a la vez un lenguaje sencillo cuando el predicador mismo no conoce a fondo el tema del cual predica. En este caso, ni siquiera debe intentar presentar un mensaje sobre ese tema. Primero habrá de estudiarlo suficientemente. Un pastor que jamás se mete en profundidades en sus mensajes es un predicador que no prepara bien sus mensajes. Vuelva a leer el párrafo, porque usted no lo comprendió bien. Después de leerlo, trate de escoger la respuesta correcta.
b.     predicar siempre sobre temas bien conocidos por los oyentes.
Usted no ha comprendido el párrafo. Si siempre se predica sobre temas ya conocidos por los oyentes, no habrá crecimiento espiritual. Los oyentes deben aprender de los mensajes. Vuelva a leer el párrafo y a escoger la respuesta correcta.
     6.     valioso o importante, texto bíblico.
     7.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     8.     a.     Conocerlo clara y profundamente.
b.     Adaptarlo a las capacidades de los oyentes.
c.     Basarlo en algo de suficiente importancia.
     9.     texto bíblico.
     10.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     11.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     12.     a.     el texto.
b.     los procedimientos lógicos.
     13.     b.     Cuando ya se tienen el texto y el tema listos, hay que proseguir con la acumulación del material útil para la preparación del mensaje.
Usted ha escogido el enunciado correcto. Siga adelante con su estudio.
a.     Una vez decididos el texto y el tema, el predicador ya se puede sentar a preparar su mensaje. Cualquier otra cosa que se añada no será bíblico, y dañará el mensaje.
Muchos predicadores así actúan. Sin embargo, su predicación pronto se hace monótona y aburrida. Jamás tienen algo nuevo. Su congregación ya conoce de memoria su pensamiento. Usted no ha comprendido el párrafo. Vuelva a leerlo y a escoger el enunciado correcto.
c.     Uno bien puede acumular material, y de acuerdo con el material acumulado determinar el tema de su próximo mensaje, y luego escoger el texto que apoye el tema escogido.
Usted ha escogido el enunciado que describe precisamente lo opuesto a lo descrito por el párrafo. Vuelva a leerlo con cuidado, y escoja de nuevo el enunciado correcto.
     14.     Su propia respuesta, para compartir en clase.
     15.     Su propia respuesta, para compartir en clase.
     16.     a.     descubrir el mensaje bíblico de cada libro y los acontecimientos bíblicos.
Esa es precisamente la respuesta correcta. Usted ha comprendido bien el contenido del párrafo. Siga adelante con su estudio.
b.     aprenderse de memoria textos claves para convertir a los pecadores.
Abundan los predicadores que la única forma en que conocen su Biblia es por medio de versículos aislados aprendidos de memoria. Cuando se encuentran a alguien que consideran impío, entonces le disparan una sarta de versículos, hasta que, según ellos, lo derrotan. Esto es conocer la letra, mas no el espíritu de la Biblia. Vuelva a leer el párrafo para que entienda lo que dice, porque usted no lo ha comprendido. Después escoja la respuesta correcta.
c.     hacerse evangélico y asistir a la escuela dominical.
Hay muchos evangélicos que asisten a la escuela dominical, pero no conocen bien la Biblia. Generalmente son personas que van al templo por costumbre y no con la idea de buscar a Dios por medio del estudio de su Palabra. Además, en el párrafo ni se hace mención del asunto. Usted no lo ha leído con cuidado. Vuelva a leer cuidadosamente el párrafo, y escoja la respuesta correcta.
     17.     a.     La Biblia.
b.     Otros libros.
     18.     Su propia respuesta, para compartir en clase.
     19.     c.     que necesita dedicar tiempo a la observación de la naturaleza y el mundo que le rodea. Así puede darse cuenta de mucho material que pueda usar en sus mensajes.
Usted ha comprendido bien su lectura. Siga adelante.
a.     que ha renunciado al mundo. Por eso, a fin de llevar una vida de santidad ha de permanecer la mayor parte del tiempo en su cuarto para la oración y meditación. Así tendrá siempre un mensaje piadoso.
Quien así piensa ha distorsionado el concepto bíblico de renunciar al mundo. Renunciar al mundo no es vivir fuera de él, sino renunciar a vivir de acuerdo con las normas de los hombres sin Cristo. Los cristianos deben ser sal y luz del mundo. Por otro lado, el cristiano maduro puede asomarse a las bajezas de la humanidad sin escandalizarse. Al contrario, al contemplarlas se compadece más de la humanidad sin Cristo, y es movido a llevarles las buenas nuevas de salvación. Usted no comprendió lo que el párrafo quiere decir. Vuelva a leerlo, y a escoger la respuesta correcta, porque en esta ocasión se equivocó.
b.     tan ocupado en salvar las almas perdidas que no puede malgastar su tiempo en observar los acontecimientos del mundo pecador que le rodea, y al cual tiene que combatir como buen soldado de Jesucristo.
Hay predicadores muy activos (más bien inquietos), que hacen muchas cosas, pero casi nada hacen bien. Están muy preocupados por hacer muchas cosas, no por hacerlas bien. El evangelio aún no ha hecho su obra cabal en este tipo de individuos, y la actividad es una trampa de Satanás para evitar que crezcamos en nuestra vida espiritual. Usted no ha comprendido el párrafo. Vuelva a leerlo y a escoger la respuesta correcta. Lea con cuidado.
     20.     Su propia respuesta, para compartir en clase.
     21.     a.     La lectura.
b.     La observación.
c.     La reflexión personal.
     22.     b.     aclarar los conceptos.
Usted ha escogido la respuesta correcta. Muy bien. Siga adelante.
a.     adornar el mensaje, a que no parezca tan seco.
Esto no es el propósito básico de las ilustraciones. Más adelante vamos a ver que sí será una de las ventajas de utilizarlas, pero no es el propósito principal. Vuelva a leer el párrafo, porque no lo comprendió en la lectura anterior. Luego vuelva a escoger la respuesta correcta.
c.     que no se duerman los oyentes.
No es bueno depender exclusivamente de las ilustraciones para que no se duerman los oyentes. Eso quiere decir que el resto del sermón es aburrido. Todo el argumento del mensaje debe mantener despierta siempre a la congregación. Usted no comprendió el párrafo. Vuelva a leerlo y a escoger la respuesta correcta.
     23.     a.     Ayudan a alcanzar mejor entendimiento.
b.     Ayudan a captar la atención.
c.     Ayudan a recordar las enseñanzas del mensaje.
d.     Convencen a los oyentes.
e.     Adornan el contenido del mensaje.
     24.     a.     experiencia personal.
b.     reinos de la naturaleza, humanas.
c.     cortas y sencillas.
d.     memoria.
e.     honesto, suposición.
f.     temas generales.
     25.     a.     Las ilustraciones.
b.     Los pensamientos personales.
c.     Los pensamientos de otras personas.
     26.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     27.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     28.     Su propia tarea, para compartir en clase.
LECCION 5
COMPROBACION
     1.     introducción.
     2.     interés.
     3.     despertar el interés en los oyentes.
     4.     b.     sea corta y que despierte el interés de los oyentes.
Usted ha escogido la frase correcta. Siga adelante con su estudio.
a.     el mensaje tenga una introducción, porque esta no puede faltarle a ningún sermón.
Sí, es importante que un mensaje tenga una introducción pero no se debe tener una introducción sólo para llenar un requisito de un buen mensaje. Vuelva a leer el párrafo, y escoja la frase correcta.
c.     comience el sermón de alguna manera, no importa cómo.
La introducción tiene una razón de ser precisa, y por lo tanto, hay ciertas normas que ayudan a que la introducción cumpla su cometido. Vuelva a leer el párrafo, y escoja la frase correcta.
     5.     Las respuestas correctas son:
a.     despierta el interés de los oyentes.
b.     es corta y atractiva.
d.     presenta en forma concreta y precisa el mensaje.
Las respuestas incorrectas son:
c.     es complicada para que los oyentes piensen.
e.     es fácil hacer.
La introducción no debe ser complicada, sino fácil de entender. Pero ser fácil de entender no implica que es fácil hacerla. Al contrario, es difícil hacer una buena introducción.
     6.     Puede ser que los oyentes, al escuchar las divisiones del mensaje, ya saben de antemano lo que el predicador va a decir.
     7.     Se sienten desilusionados.
     8.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     9.     a.     indicarse las formas incorrectas de interpretar el texto.
b.     mencionar el motivo de escoger dicho texto.
c.     relacionar el texto con el contexto.
     10.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     11.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     12.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     13.     a.     El texto mismo.
b.     El fondo histórico.
c.     La geografía bíblica.
d.     Los mensajes anteriores.
     14.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     15.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     16.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     17.     a.     El texto.
b.     El fondo histórico.
c.     La geografía bíblica.
d.     Los mensajes anteriores.
e.     Las circunstancias de los oyentes.
f.     La ocasión.
g.     Los acontecimientos nacionales e internacionales.
     18.     Para comentar en clase.
LECCION 6
COMPROBACION
     1.     el primer.
     2.     a.     estar seguro de cubrir en forma equilibrada todos los aspectos de un tema.
Esta sí es la respuesta correcta. Puede seguir adelante con la lección.
b.     obstaculizar la obra inspiradora del Espíritu Santo en el momento de predicar, porque uno se esclaviza al bosquejo preparado de antemano.
Hay algunas personas que insisten en que un predicador no tiene por qué preparar ningún bosquejo previo. Debe confiar plenamente en que el Espíritu Santo le dará lo que tiene que hablar. Ellos basan este criterio en una interpretación equivocada en Mateo 10:19. Para interpretar correctamente este versículo es necesario leer todo el capítulo diez de Mateo. Jesús se está refiriendo a sus discípulos, en caso de que sean entregados a los tribunales en una persecución. En este caso, le dice Jesús: no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar.
Usted no ha comprendido el párrafo, porque escogió la respuesta equivocada. Vuelva a leer el párrafo, y procure descubrir por qué se equivocó. Después escoja la respuesta correcta.
c.     cumplir con un requisito de la homilética.
En cierta manera esta respuesta es correcta, puesto que al hacer las divisiones necesarias en el cuerpo de un sermón, sí está cumpliendo un requisito de la homilética. Sin embargo, de acuerdo con lo que el párrafo anterior dice, no es la mejor respuesta entre las tres. El párrafo da las razones de por qué es importante hacer las divisiones. Este es el aspecto básico que se quiere comunicar en este párrafo. Por lo tanto, la respuesta resulta incorrecta, porque no responde a la pregunta precisa.
Por otro lado, la persona que actúa en la vida solamente para cumplir con los requisitos establecidos es alguien que actúa como autómata, con requisitos y normas establecidas por otra persona, y jamás por sentido propio, o por razones de las que está convencida. Es por eso que en esta lección no sólo se está enseñando al estudiante de homilética que debe dividir el cuerpo del sermón, sino que también se le dan razones para que lo haga cuando elabore su bosquejo. Es necesario encontrar una razón verdadera y convincente para decidir nuestra actuación.
     3.     b.     los tres son buenos, y debemos elegir el que más se adapte a las necesidades de cada uno.
Esa es precisamente la respuesta correcta. Usted comprendió el párrafo que ha leído. Siga adelante con su estudio.
a.     se nos va a decir cuál es el mejor y debemos descartar los otros.
Usted no ha comprendido el párrafo, porque escogió la respuesta equivocada. Vuelva a leer el párrafo, y procure descubrir por qué se equivocó. Después escoja la respuesta correcta.
c.     ninguno de los tres es bueno, y por eso, debemos inventar otro que resultará mejor.
Usted ha escogido una respuesta equivocada. Lea una vez más el párrafo y escoja de nuevo la respuesta correcta.
     4.     a.     dar las divisiones en la introducción.
b.     dar las divisiones sólo durante el desarrollo del sermón.
c.     tener las divisiones pero no mencionarlas.
     5.     Su propia tarea, para presentar en clase.
     6.     Su propia tarea, para presentar en clase.
     7.     tema.
     8.     b.     el pecado del creyente.
Usted ha contestado bien. Pues el tema propone el asunto o la doctrina del pecado. Del asunto general del pecado, se circunscribe el aspecto del pecado del creyente. Siga adelante con su estudio.
a.     el sermón del monte.
c.     el buen samaritano.
Los temas a y c más bien serían temas para un sermón expositivo. No pueden ser el tema para un sermón de asunto. Vuelva a estudiar desde el principio la sección III, y escoja de nuevo la respuesta correcta.
     9.     a.     I.     Salvos por la gracia de Dios
II.     Salvos por la fe
III.     No es obra nuestra
IV.     Es obra de Dios
Usted ya comprendió lo que es un sermón textual. Siga adelante con su estudio.
b.     I.     La ley nos condena
II.     Nuestra fuerza de voluntad es insuficiente
III.     El amor de Dios nos redime
La división escogida por usted no puede ser una división para un sermón textual. El tema para un semón con tal división del cuerpo podría ser: La salvación viene de Dios.
c.     I.     La fe en Cristo Jesús
II.     Una fe que trae paz
III.     Una fe que nos es dada
La división que usted escogió no puede ser para un sermón textual. Más bien podría ser para un sermón de asunto, pues se está enfocado en el asunto (o la doctrina) de la fe. El tema para este semón podría ser: La fe que redime.
     10.     c.     el que tiene como base una porción de la Biblia, completa en sí misma.
Usted ha comprendido bien, pues escogió la respuesta correcta. Siga adelante con su estudio.
a.     el que expone los pecados de la congregación a la vista de todos.
Un sermón que expone a todos ciertas prácticas o costumbres de los miembros cómo manifestación de una vida de pecado, de ninguna manera es un semón expositivo. Usted no ha comprendido lo estudiado. Vuelva a leer detenidamente, y escoja de nuevo la respuesta correcta.
b.     el que expone las necesidades espirituales de la congregación, y da la respuesta bíblica a tales necesidades.
Usted no comprendió las afirmaciones hechas al comenzar la lección, pues ha escogido la respuesta equivocada. Vuelva a leer desde el principio de esta sección, y escoja de nuevo la respuesta correcta.
     11.     a.     de acuerdo a un tema.
b.     de acuerdo a un asunto doctrinal.
c.     de acuerdo a un versículo.
d.     de acuerdo a un pasaje.
     12.     a.     4) Predicación expositiva.
b.     2) Predicación doctrinal.
c.     1) Predicación temática.
d.     3) Predicación textual.
LECCION 7
COMPROBACION
     1.     a.     Por lo tanto, las divisiones están derivadas del orden mismo que proporciona la frase clave del texto bíblico.
Usted ha comprendido muy bien el ejemplo. Siga adelante con su estudio.
b.     Pero las divisiones siguen los eventos en la vida de Samuel.
Vuelva usted a estudiar detenidamente el texto sobre el cual se basa el sermón del ejemplo, y luego observe cuidadosamente las divisiones del cuerpo del sermón. Compare el texto con las divisiones. Piense otra vez en la pregunta número I, y escoja la respuesta correcta, porque en esta ocasión usted se equivocó.
     2.     Su propia tarea, para comentar en clase.
     3.     b.     ¿Quién?
Sí, todas las divisiones hablan de la persona, así explicando quién. Siga adelante con la lección.
a.     ¿Por qué? y c. ¿Cómo?
Si usted escogió la respuesta a o la respuesta c, no entendió bien el ejemplo. Vuelva a estudiar el ejemplo y escoja la respuesta correcta.
     4.     c.     dar respuestas a la pregunta que el tema plantea.
¡Muy bien! Usted ha comprendido el ejemplo. En realidad, las diferentes divisiones están dando respuesta a ia pregunta ¿quién? planteada en el tema. Siga adelante con su estudio.
a.     repetir la frase clave.
Ya hemos terminado de estudiar este método, y ahora estamos estudiando otro un tanto diferente. Además, usted no ha puesto cuidado al escoger su respuesta, porque no hay ninguna frase que se repita. Vuelva a revisar el ejemplo, y trabaje otra vez con la pregunta número 4.
b.     demostrar que lo planteado en el tema es verdad.
El tema no plantea ninguna afirmación. Entonces no puede demostrar si lo planteado en el tema es verdad o mentira. El tema del ejemplo más bien está planteando una pregunta. Por lo tanto, las divisiones realizadas en el tema tienen que sujetarse al tema anunciado. Durante el desarrollo del sermón se dará respuesta a la pregunta planteada en el tema. Vuelva a considerar el ejemplo, y escoja la respuesta correcta de la pregunta 4.
     5.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     6.     ¿cómo?
     7.     una orden o mandato.
     8.     Orad sin cesar.
     9.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     10.     c.     probar por qué es correcta la declaración.
Usted ha comprendido muy bien el ejemplo. Siga adelante con su estudio.
a.     dar respuesta a la pregunta que el tema plantea.
Este es un método que estudiamos en la sección anterior. Ahora estamos estudiando otro método. Si usted se hubiera fijado en el tema, hubiera visto que no hay ninguna palabra interrogativa. Vuelva a revisar el ejemplo, y a contestar la pregunta 10.
b.     presentar el significado de la declaración.
Usted no comprendió el ejemplo. Las divisiones no explican el significado de la declaración. Estudie otra vez el ejemplo y escoja de nuevo la respuesta correcta.
     11.     a.     presentar el significado de la declaración.
Usted ha meditado bien su respuesta, y escogió la respuesta correcta. Siga adelante con su estudio.
b.     demostrar que lo planteado en el tema es verdadero.
Si analice bien el ejemplo, se notará que las divisiones no son pruebas de que el tema es verdadero, sino desarrollan el significado del tema Estudie de nuevo el ejemplo y escoja la respuesta correcta.
c.     explicar todo el texto.
Si usted escogió esta respuesta, está equivocado. El texto es el Salmo 133 y las divisiones no tocan todo el Salmo. Vuelva a leer el ejemplo y escoja de nuevo la respuesta correcta.
     12.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     13.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     14.     a.     En forma de enfatizar una palabra o frase importante.
b.     En forma de una pregunta.
c.     En forma de una orden o mandato.
d.     En forma de una declaración o afirmación.
     15.     Para comentar en clase.
LECCION 8
COMPROBACION
     1.     Los recursos mencionados que son útiles para preparar un sermón doctrinal son:
a.     la concordancia.
b.     el diccionario bíblico.
c.     la Biblia misma, y
e.     un libro de teología.
d.     el periódico diario.
El periódico diario sí es un buen recurso para sermones sobre asuntos de la vida cristiana diaria, pero normalmente no es buen recurso para sermones doctrinales.
     2.     Biblia.
     3.     c.     tanto los versículos que contienen la palabra clave como los que contienen sinónimos y demás palabras relacionados con la palabra clave.
Esta es la respuesta correcta. Una preparación completa incluye estudiar no sólo los versículos que contienen la palabra clave sino también los sinónimos y otras palabras relacionadas.
a.     sólo los versículos que contienen la palabra clave.
Si escogió esta respuesta, usted está equivocada. Sólo buscar los usos de la palabra clave resultaría en una preparación limitada e inadecuada. Vuelva a leer la información y a escoger la respuesta correcta.
b.     sólo los versículos que contienen los sinónimos y demás palabras relacionados con la palabra clave.
Esta respuesta está equivocada. Sí, se debe buscar estos versículos, pero esto no es suficiente. Lea de nuevo la información y escoja la respuesta correcta.
     4.     No, porque de otra manera resultaría un sermón demasiado largo y superficial.
     5.     Se puede usarlo para otros sennones o estudios bíblicos.
     6.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     7.     versículo.
     8.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     9.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     10.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     11.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     12.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     13.     Su propia respuesta, para compartir en clase.
LECCION 9
COMPROBACION
     1.     c.     tiene como base una porción bíblica completa en sí misma.
Usted ha comprendido bien, pues escogió la frase correcta. Siga adelante con su estudio.
a.     expone los pecados de la congregación a la vista de todos y condene a los pecadores al infierno.
Un sermón que arroja luz y dice por qué ciertas prácticas o costumbres puedan ser la manifestación de una vida de pecado, en ninguna manera es expositivo por definición. Usted no ha comprendido lo estudiado. Vuelva a leer detenidamente, y escoja de nuevo la respuesta correcta.
b.     expone las necesidades espirituales de la congregación, y da la respuesta bíblica a tales necesidades.
Usted no comprendió las afirmaciones hechas al principio de la lección, pues ha escogido la frase equivocada. Vuelva a leer desde el principio de esta unidad, y escoja de nuevo la respuesta correcta.
     2.     a.     Leer el párrafo varias veces y relacionarlo con el contexto con sumo cuidado.
b.     Contestar las siguientes preguntas en base al texto: ¿Quién dijo esto? ¿Cuándo lo dijo? ¿Dónde lo dijo? ¿Por qué lo dijo?
c.     Usar un diccionario bíblico y de lengua castellana para buscar significados precisos.
d.     Escoger el tema que se deriva del contenido global del texto.
e.     Derivar las divisiones del bosquejo.
     3.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     4.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     5.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     6.     a.     según las verdades principales contenidas en el libro.
Usted ha comprendido bien lo que estudió, pues escogió la frase correcta. Siga adelante.
b.     para apoyar las características de la denominación.
No es eso lo que se ha afirmado al comenzar esta sección. Vuelva a leer cuidadosamente el párrafo anterior, y escoja la respuesta correcta.
c.     siempre para convertir a los paganos a Cristo, porque la predicación no tiene otro propósito.
Este es un enfoque distorsionado de lo que debe ser la predicación en una iglesia cristiana. Es verdad que una función muy importante de la iglesia es la extensión del reino de los cielos, pero no es su única función. La predicación completa de una iglesia cristiana debe proveer de alimento sólido a los creyentes, a fin de que puedan crecer en su vida espiritual. Usted no ha comprendido lo que el párrafo anterior está diciendo. Vuelva usted a leer el párrafo cuidadosamente, y escoja la respuesta correcta.
     7.     Su propia tarea, para compartir en clase.
LECCION 10
COMPROBACION
     1.     c.     La conclusión debe estar tan bien preparada como cualquier otra parte del sermón.
Esa es precisamente la idea con que comienza esta lección. Usted si está comprendiendo bien su estudio. Siga adelante.
a.     Lo mejor es que cada persona, al escuchar el sermón, haga sus propias conclusiones. Por lo tanto, es mejor terminar el sermón con el último punto de la división del cuerpo del sermón.
Vuelva usted a estudiar la información de esta sección, pues usted no comprendió lo que dice aquí. Lea cuidadosamente.
b.     El predicador mismo debe dar la conclusión de las ideas presentadas en el sermón. Sin embargo, lo mejor es no preparar de antemano la conclusión, y dejar que el Espíritu Santo ilumine al predicador a la hora de predicar su sermón.
El punto que usted escogió no puede ser conecto, ni es lo que se ha dicho al comenzar esta lección. El Espíritu Santo está presente con el predicador cuando prepara cada parte de su sermón, si es que el predicador ha pedido la dirección de Dios al prepararlo. Muchas veces ponemos de pretexto al Espíritu Santo para justificar nuestra pereza y falta de dedicación y seriedad en lo que tenemos que hacer. Usted no ha comprendido lo leído. Vuelva a comenzar a estudiar la lección de hoy, y escoja el punto conecto.
     2.     a.     escribirla cuidadosamente, y aprenderla de memoria.
Usted ha escogido la frase correcta. Siga adelante con su estudio.
b.     dejarla para ver qué se le ocurre a uno a última hora.
Eso no es lo que se ha dicho. Cuando se deja la conclusión sin una buena preparación previa, se corre el riesgo de que el predicador no encuentre, a última hora cuando está por terminar su sermón, qué decir. Vuelva a repasar la sección que acaba de leer, y con detenimiento fíjese lo que se está queriendo decir. Luego, escoja la respuesta correcta.
c.     la presentación de un nuevo mensaje.
La información dice que la conclusión nunca debe ser la presentación de un nuevo mensaje. Así que, esta es una respuesta equivocada. Lea una vez más esta sección y vuelva a escoger la respuesta correcta.
     3.     c.     el predicador debe estar listo, en caso necesario, a variar el enfoque.
Esa es precisamente la respuesta correcta. Siga adelante con su estudio.
a.     pueda hacerse más larga o más corta, según el caso.
Eso no es lo que se ha dicho en el párrafo anterior, pues la conclusión debe ser siempre corta. Nunca se debe prolongar demasiado la conclusión, pues resultaría un nuevo mensaje. La flexibilidad de la conclusión se refiere a otro aspecto de la conclusión, que no es el tamaño de la misma. Vuelva a leer detenidamente el párrafo anterior, y escoja de nuevo la respuesta correcta.
b.     jamás hay cómo modificarla.
Usted no leyó con cuidado, pues ha escogido la frase equivocada. Vuelva a leer el párrafo anterior.
     4.     b.     el predicador debe evitar tenninar todos sus sermones en la misma manera; debe buscar formas nuevas, o diferentes, en cada sermón.
Esa es la respuesta correcta. Siga adelante con su estudio.
a.     debe incluir una gran variedad de ideas en la conclusión.
Una conclusión no puede tener una gran variedad de ideas, pues su propósito no es resumir la idea principal de todo el sermón. Si así se hiciera, la conclusión se convertiría en un segundo mensaje. Usted no ha comprendido todavía este punto. Vuelva a leerlo, y escoja la respuesta correcta.
c.     en un sermón deben hacerse varias conclusiones.
Aunque de un sermón se puedan sacar más de una conclusión, no es lo que se quiere decir aquí, cuando se dice que un predicador debe tener variedad en sus conclusiones. Lea detenidamente el contenido de los párrafos anteriores que usted acaba de leer, y vuelva a escoger la respuesta correcta, porque en esta ocasión se equivocó. Lea con cuidado.
     5.     Para comentar en clase.
     6.     a.     Estar bien preparada.
b.     Ser flexible.
c.     Tener variedad.
     7.     inferencias, prácticos.
     8.     Queremos que piensen que deben poner en práctica el mensaje según las sugerencias dadas en la conclusión.
     9.     tomen nuevas decisiones en el camino de su vida cristiana.
     10.     inconversos.
     11.     a.     clara.
b.     sencilla.
c.     corta.
     12.     a.     Hacer deducciones.
b.     Presentar sugerencias prácticas.
c.     Hacer una invitación.
     13.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     14.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     15.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     16.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     17.     Su propia tarea, para compartir en clase.
     18.     Su propia respuesta, según su respuesta a la pregunta 17.
LECCION 11
COMPROBACION
     1.     Las respuestas correctas son:
a.     es el instrumento que Dios usa para comunicar su mensaje.
c.     así Dios puede manifestarse a través de él.
Si usted marcó las respuestas a y c, ha contestado bien. Siga adelante con la lección.
b.     así puede impresionar a los oyentes con su preparación.
El predicador que prepara su mensaje para impresionar a los oyentes no entiende lo que es la predicación. Debe predicar para la honra y gloria de Dios, no para la honra del predicador.
d.     quiere presentar un mensaje gramaticalmente correcto.
Es importante que el sermón sea gramaticalmente correcto. Aunque esto puede ser un resultado de una buena preparación, no es el motivo para ella.
     2.     a.     el propósito.
b.     el tema.
c.     el texto.
d.     la introducción.
e.     el cuerpo.
f.     la conclusión.
     3.     20 (veinte).
     4.     b.     debe practicar la presentación del mensaje en un cuarto a solas.
Sí, es muy importante practicar la presentación del sermón antes de predicarlo en el culto. Usted ha contestado bien. Siga adelante con la lección.
a.     ya está listo para subir al pũlpito.
Si usted escogió esta respuesta, no ha entendido la información. Vuelva a leerla y escoja de nuevo la respuesta correcta.
c.     todavía debe tener miedo por tener que predicarlo.
El predicador que prepara bien el sermón y lo practica, confiando en la ayuda de Dios, puede subir al púlpito sin miedo. Lea otra vez la información y vuelva a escoger la respuesta correcta.
     5.     a.     Por el mensaje mismo.
b.     Por sabiduría durante la preparación.
c.     Para reclamar el poder divino para la presentación.
d.     Por el poder durante la presentación.
e.     Para dar gracias al Señor por el mensaje entregado a la congregación.
     6.     a.     Por sí mismo.
b.     Por los oyentes.
     7.     Hay que pedir sabiduría, humildad, comprensión y amor.
     8.     Hay que pedir que Dios prepare los corazones, disponga el entendimiento y mueva la voluntad de los oyentes. También hay que pedir sabiduría para los oyentes para que puedan discernir el mensaje de Dios.
     9.     Su propia respuesta personal.
     10.     Su propia respuesta, para compartir en clase.
     11.     Para comentar en clase.
     12.     a.     la lectura.
b.     la recitación.
c.     la improvisación.
     13.     9 (nueve).
     14.     Las repuestas correctas son:
a.     puede corregir las faltas gramaticales.
c.     debe buscar las mejores frases para decir precisamente lo que se piensa.
d.     puede poner una atención cuidadosa al lenguaje de cada pensamiento.
e.     puede pulir y perfeccionar la elegancia del lenguaje.
Si usted escogió estas cuatro respuestas, ha entendido bien la información. Puede seguir adelante con la lección. Si ha faltado en una o más de estas respuestas, lea una vez más la información antes de seguir con la lección.
b.     debe memorizarlo y evitar usar lo escrito en su presentación.
Este es parecido al método que estudiaremos en la siguiente sección, el de recitar el mensaje memorizado. Pero el método que estamos estudiando en esta sección, el de leer el mensaje escrito, requiere el uso de lo escrito. Si usted escogió esta respuesta, no entendió la información. Vuelva a leerla antes de seguir con la lección.
     15.     sermones.
     16.     sentirse nervioso (o tener miedo), confianza.
     17.     lugares, preparación completa.
     18.     a.     Se logra una preparación más detallada y pulida del sermón.
b.     Desarrolla la capacidad de escribir.
c.     Proporciona más confianza.
d.     Puede pronunciarse otra vez, y no requiere nueva preparación completa.
     19.     Para comentar en clase.
     20.     oyentes.
     21.     a.     Se logra una preparación más detallada y pulida del sermón.
b.     Desarrolla la capacidad de escribir.
c.     Proporciona más confianza.
d.     Puede pronunciarse otra vez, y no requiere nueva preparación completa.
e.     Desarrolla en el predicador la capacidad de memorizar.
f.     Permite una comunicación más directa.
     22.     b.     pensar y desarrollar el resumen que tiene en su bosquejo.
Esta es la respuesta completa. Usted ha contestado bien. Siga con la lección.
a.     hablar de cualquier tema que se le ocurre.
Es triste que esto es lo que hacen algunos predicadores. Pero esto no es lo que se debe hacer. Si usted escogió esta respuesta, está equivocado. Lea una vez más la información y escoja de nuevo la respuesta correcta.
c.     leer la Biblia para llenar el tiempo.
Aunque es importante leer la Biblia, no se debe hacerlo sólo para llenar el tiempo del sermón. Vuelva a leer la información y escoja una vez más la respuesta correcta.
     23.     directa, eficaz.
     24.     a.     puede adaptarse al tipo de oyentes que en determinada situación se tiene.
Usted ha contestado bien. Siga adelante con la lección.
b.     puede usarse varias veces sin requerir nuevo tiempo de estudio y oración.
Es verdad que se pueda usar un bosquejo varias veces pero cada vez requiere nuevo tiempo de estudio y oración. Estudie otra vez la información y vuelva a contestar la pregunta 24.
c.     puede usarse sólo una vez porque ya no sirve para otras ocasiones.
Si usted escogió esta respuesta, no entendió el párrafo. Léalo otra vez y conteste de nuevo la pregunta.
     25.     a.     Ejercita al predicador a pensar improvisadamente.
b.     Permite una comunicación más directa y eficaz.
c.     Permite emplear los bosquejos repetidas veces.
     26.     Los medios de comunicación mencionados son:
a.     La voz.
b.     Las palabras escritas.
d.     Los movimientos del cuerpo.
c.     Las películas.
Este es el único medio que no se menciona en los párrafos.
     27.     la voz.
     28.     respiración.
     29.     Para comentar en clase.
     30.     articulación.
     31.     Para comentar en clase.
     32.     b.     suavemente.
Esta es la respuesta correcta. Siga con la lección.
a.     fuertemente.
En un local pequeño nunca debe hablar fuertemente. Vuelva a leer la información y a escoger la respuesta correcta.
     33.     c.     llenarlo con la voz.
Usted ha contestado bien. Puede seguir con la lección.
a.     hablar lo más fuerte posible.
A veces es necesario hablar muy fuerte pero no siempre es así. Vuelva a leer los párrafos y escoja de nuevo la respuesta correcta.
b.     gritar, si es un local grande.
El gritar es forzar la garganta. Hay predicadores que hacen daño a la garganta porque siempre gritan cuando predican. Esta es una respuestas equivocada. Lea una vez más la información y vuelva a contestar la pregunta 33.
     34.     a.     Hablar lentamente.
b.     Hablar con rapidez.
c.     Hablar por medio de un corto silencio.
     35.     b.     la misma voz que se usa en la conversación.
Usted ha contestado bien. Continua con la lección.
a.     un tono afectado.
Algunos piensan que se debe predicar con un tono afectado, lo que se llama un tono ministerial. Pero esto es una idea equivocada. Lea cuidadosamente la información y conteste una vez más la pregunta.
c.     muchos gritos.
Ya hemos aprendido que no se debe gritar cuando predica. Estudie otra vez la información y vuelva a contestar la pregunta.
     36.     a.     La respiración.
b.     La articulación.
     37.     a.     Es clara.
b.     Se adapta a cada lugar.
c.     Usa variedad.
d.     Es natural.
     38.     Se puede mencionar, por ejemplo, amor, odio, compasión, venganza, vergüenza, angustia, etc.
     39.     Para comentar en clase.
     40.     b.     la persona sea natural.
Usted ha contestado bien. Siga con la lección.
a.     se imite a otras personas.
Hay predicadores que tratan imitar los movimientos de otros pero esto no resulta bien. Si usted escogió esta respuesta, está equivocado. Lea una vez más la información y escoja la respuesta correcta.
c.     siempre esté moviéndose.
Siempre estar moviéndose da la impresión de ser muy nervioso. Puede distraer la atención del oyente, haciendo que se fija más en los movimientos que en el mensaje. Escoja otra vez la respuesta correcta.
     41.     Debe mantenerlas quietas.
     42.     Para comentar en clase.
     43.     a.     La expresión del rostro.
b.     La posición del cuerpo.
c.     El uso de las manos.