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sábado, 4 de agosto de 2012

hacerse uno más de la gente: aprender el idioma local


 
¡APRENDA
ESE IDIOMA!
David Bendor–Samuel
y John Hollman
David Bendor–Samuel es responsable de Asuntos Académicos de Wycliffe Bible Translators y el Summer Institute of Linguistics en todo el mundo. En 1959 fue a Brasil e inició la traducción del Nuevo Testamento Guajajara. Su actual trabajo le exige viajar mucho. Los talleres sobre la planificación estratégica y la revisión de los programas de traducción han ayudado a muchos traductores a integrar de manera eficaz los múltiples elementos de un programa de idiomas.
John Hollman es director de la British school of the Summer Institute of Linguistics. Ha servido en el sur de Sudán durante varios años, dirigiendo la importante aportación del SIL en los programas de alfabetización llevados a cabo en colaboración con el Ministerio de Educación.
Cuando Jesús se hizo hombre no se escondió cada noche tras una empalizada celestial para aparecer a la mañana siguiente como nuevo. Se volvió como uno del pueblo. Hoy en día es importante para un obrero cristiano que trabaja en el extranjero, al igual que Cristo, hacerse uno más de la gente, y una de las maneras cruciales de hacerlo es aprendiendo su idioma. Sin él no podrá comunicar sus propias necesidades personales, y mucho menos comunicar la buena noticia de que Jesús se hizo hombre para salvar a la gente. Sin aprender el idioma de la gente usted no podrá servirles con el amor y el sacrificio de Jesucristo.
Incluso si espera servir en el extranjero solamente por un período limitado, no es ninguna pérdida de tiempo intentar aprender el idioma local. Existen algunas muy buenas razonas por las que debería dedicarle tiempo al aprendizaje del idioma, con independencia de lo corta que piense que vaya a ser su estancia fuera de su país. Aunque mucha gente puede hablar algo de inglés, sigue siendo cierto que para llegar a ser efectivos al tratar temas espirituales debemos hablar la lengua materna de nuestros oyentes. El inglés que sepan tal vez sea suficiente para los negocios, pero no es el idioma que utilizan para los asuntos íntimos que afectan las creencias y las actitudes. Queremos que se sientan libres para pensar acerca de las implicaciones de nuestro mensaje, no que se esfuercen por comprenderlo.
Aprender el idioma de otra persona dice algo muy importante sobre nuestra actitud hacia esa persona y su cultura. Demuestra que apreciamos su valor como persona. Pone de manifiesto que se está usted moviendo hacia los demás y no exige que sean ellos quienes se muevan hacia usted. Recalca que el evangelio no es sólo una religión “occidental”, sino algo que se puede expresar en cualquier lengua. En una estancia corta, sus actitudes tendrán una importancia mucho mayor que lo que diga o incluso lo que haga. Así que el hecho de que intentó hablar su idioma contará mucho. A medida que va buscando ocasiones para testificar a través de sus relaciones con personas ajenas a los estrechos confines de su trabajo, podrá comprender también mucho mejor sus valores culturales.
CINCO POSIBLES MANERAS DE APRENDER
1. Aprender con la ayuda de un libro
Compre o pida prestado un libro sobre “Aprenda lo que sea por usted mismo”. Aparte algunas semanas o meses. Cuelgue un letrero de “No molesten” en su puerta. Enróllese una toalla en la cabeza (mojada o seca, según el clima) y vaya siguiendo el libro y haciendo todos los ejercicios.
Esta solución tiene algunas ventajas y son muchas las personas que la han hecho uso de ella. Los libros son relativamente baratos y puede comenzar mañana mismo. Puede estudiar independientemente de otras personas y su ineptitud para el idioma no avergonzará a nadie –especialmente a usted. Pero también tiene desventajas. Puede que no encuentre ningún libro sobre el idioma que necesita aprender, tal vez porque nadie ha escrito ninguno. Si encuentra alguno es posible que no se trate del dialecto que realmente necesita. Por ejemplo, el árabe que se habla en Egipto es bastante diferente del árabe que se habla en Siria o en el norte de Sudán, y cada uno de estos es diferente del árabe hablado en el sur de Sudán.
Los libros, por su propia naturaleza, tienen la tendencia a poner el acento en la forma escrita de la lengua en lugar de la forma hablada, y puede que no consiga adquirir la pronunciación correcta contando solo con un libro. Estudiar de manera independiente le animará a disociar el idioma de la cultura y puede evitar que llegue a hablar bien el idioma.
2. Aprender a través de un curso
Apúntese a un curso destinado a enseñarle el idioma que desea, asista regularmente y practique entre clase y clase. Tal vez el curso se celebre en su propio país, en el país en el que espera trabajar o en cualquier país donde el idioma se hable como idioma principal (por ejemplo aprender francés en Francia).
Contará con la ayuda de la disciplina del horario de clases para mantenerse ahí y con otros estudiantes que le alentarán. Es posible que tenga la oportunidad de practicar oralmente. Sin embargo, puede que no sea capaz de mantener el ritmo del resto de la clase, o que se aburra porque van demasiado lentos. Quizás se sienta demasiado inseguro de sí mismo o de su capacidad de hablar el idioma para participar en las actividades de las clases orales. Tal vez dependa del idioma tal y como lo ha aprendido del profesor, para quien pudiera no ser su lengua nativa o quien posiblemente hable un dialecto distinto del que usted quiere aprender. A menos que se lo recomiende alguien que conoce el curso y le conoce a usted y sabe cuáles son sus necesidades, posiblemente tenga poca idea del alcance y la calidad del curso antes de comenzar.
3. Aprender mediante la inmersión lingüística
Vaya a donde tendrá que trabajar. Viva con una familia que hable solamente el idioma que usted quiere aprender. Busque después alguien de fuera que le ayude con el idioma. Trabaje con esa persona una o dos horas diarias y practique con la familia, y con cualquier otra persona que pueda encontrar, el tiempo restante.
Con este enfoque aprenderá el dialecto y la variante del idioma que realmente necesita, se centrará en el lenguaje hablado más que en el escrito y estará utilizando el idioma para comunicarse desde el principio. De hecho, aprenderá más que el lenguaje –aprenderá cómo vive y piensa la gente. Es probable que haga amigos que seguirán siendo amigos durante el resto de su vida. Tal vez tenga grandes oportunidades de compartir su conocimiento de Jesús con la familia y una gran oportunidad de aprender a depender del Señor.
Esto puede sonar fenomenal, pero sentirá que le faltan las palabras en multitud de ocasiones, aunque si no deja que esto le haga desistir finalmente encontrará las palabras apropiadas. También podría sentirse agobiado por la cantidad de lenguaje a la que está expuesto. Y puede resultar difícil encontrar una familia dispuesta a recibirle en su casa y soportar su “estupidez” –incluso los niños pequeños hablarán mejor que usted al principio.
4. Aprender mediante la inmersión lingüística con un chaleco salvavidas
Asista a un curso como los que ofrece el Summer Institute of Linguistics para aprender cómo aprender un idioma. Después, una vez haya finalizado el curso, siga con la solución número 3 anteriormente mencionada. Para muchas personas este sea probablemente el mejor método (con un libro que también pueda servirle de ayuda).
En un curso así aprenderá algo de cómo están estructurados los idiomas y qué esperar de una lengua extranjera –entonces será menos probable que se hunda bajo el peso del idioma en su primer encuentro con él. Se le enseñarán técnicas para aprender los distintos aspectos de cualquier idioma. Aprenderá cómo pronunciar esa amplia gama de sonidos exóticos que le prepararán prácticamente para cualquier idioma. Si no comprende el sistema utilizado por la gente para escribir su propio idioma, habrá aprendido cómo escribir nuevas palabras utilizando símbolos fonéticos. Esto es especialmente útil cuando el idioma no cuenta con un sistema de escritura. Trabajará con otras personas que se encuentran en situaciones similares a la suya, a muchas de las cuales tampoco se le daban bien los idiomas en la escuela pero que conseguirán dominar lenguajes complejos de todas las partes del mundo.
¡Sin embargo, en un curso así probablemente no aprenderá ni una sola palabra del idioma que quiere aprender! En lugar de eso, aprenderá cómo aprender. Asistir al curso le ocupará seis semanas de su valioso tiempo antes de marcharse al extranjero –seis semanas que le prepararán para un aprendizaje del idioma que va a durar toda la vida. También le costará algo de dinero. Pero es una inversión que pagará ricos dividendos.
5. Aprender a través del análisis
Para aquellas personas cuya contribución principal en el extranjero vaya a estar centrada en el área del idioma todavía hay otra opción más que considerar: asistir durante nueve meses al Summer Institute of Linguistics para aprender cómo analizar una lengua que previamente no contaba con escritura propia. Después dedique los próximos años a vivir entre la gente, aprender su idioma realmente bien y ponerlo por escrito. A partir de ahí debe estar preparado para seguir con un trabajo de alfabetización,
traducción de la Biblia y otro tipo de servicios relacionados con el idioma.
Las ventajas son las mismas que para la solución número 4, pero la preparación es más exhaustiva y va usted a adquirir una serie de habilidades que van más allá de las que se aprenden en el curso de seis semanas. Aumentará grandemente su oportunidad de contribuir con algo que valga la pena a la gente. Podría darles la Palabra de Dios en su propia lengua. Pero requiere tiempo. De hecho requiere toda su vida – no necesariamente todo el tiempo que dure su vida, pero sí una total implicación durante los años que le lleve. En realidad requiere un llamamiento específico de parte de Dios.
PROBLEMAS CON LOS QUE SE ENCONTRARÁ
Aprender un idioma es algo que no se consigue fácilmente. La mayoría de nosotros espera encontrarse con algunas dificultades. La mayor de ellas bien puede ser la sensación de avanzar muy lentamente. ¡Uno siente que nunca será capaz de hablar con soltura! Eso es algo con lo que tendrá que aprender a vivir. ¡Después de todo, tampoco progresó mucho durante los dos primeros años de su vida en los que intentó aprender su lengua materna! Lo importante es seguir intentándolo e ir añadiendo un poco más cada día. Por consiguiente, tendrá que establecer cuidadosamente sus prioridades e imponerse un poco de autodisciplina, no vaya a ser que le distraiga el deseo natural de dedicar el tiempo a las cosas que parecen ofrecer resultados rápidos.
Como ya le dirán todos los libros y cursos, aprender una segunda lengua es principalmente una cuestión de adquirir un nuevo conjunto de hábitos y reacciones –¡algo así como aprender a conducir! Aprender cosas de memoria todavía tiene su importancia, pero escuchar atentamente y estar dispuesto a imitar sonidos y a que se rían de usted es tan importante como los ejercicios memorísticos, y mucho más divertido. Más que con ninguna otra cosa, el progreso vendrá como resultado de sus actitudes hacia el nuevo idioma y hacia la gente que lo habla –que es la razón por la cual necesita empezar a aprender, aunque sólo vaya a estar allí un mes o dos.
Debe estar preparado para encontrarse con algunos sonidos que no le resulten familiares, pero que irá dominando antes de que pase mucho tiempo, al igual que hacen los niños –siempre y cuando, naturalmente, esté usted dispuesto a que le corrijan continuamente (y pueda buscarse amigos dispuestos a ayudarle). Las diferencias en los sonidos probablemente incluirán algunas vocales o consonantes extrañas y tal vez las diferencias mucho más sutiles de tono (sílabas que se pronuncian en tonos distintos para dar significados diferentes) y entonación (la melodía de la frase en su conjunto).
Después habrá diferencias en los modelos gramaticales –la forma en que se juntan los elementos que componen las oraciones. Puede esperarse encontrar un orden de palabras distinto, algo así como “matará hombre tigre lago junto plural” (el hombre matará leones junto al lago). Es posible que haya afijos o desinencias que se añadan a todas las palabras de una frase (compró dos/a pequeños/as gatitos/as) o formas inesperadas de decir las cosas (yo voy vengo).
Seguro que querrá aprender unas pocas palabras nuevas de vocabulario cada día, especialmente al principio. Concéntrese en las palabras que podrá utilizar en la situación que vaya a vivir, ya que usar las palabras ayuda a recordarlas. También querrá aprenderse de memoria algunas frases útiles, tales como saludos, preguntas, mandatos, frases para comenzar una conversación y expresiones de asentimiento (¡estas últimas dan la impresión de que lo ha entendido!). Así que haga listas con cosas que aprender y utilice las palabras a medida que las vaya aprendiendo. Tomar unas pocas cada vez y hacer uso de ellas enseguida es la manera de vencer a la memoria cansada.
Sobre todo, recuerde que los idiomas se aprenden cuando las personas intentan hablarlos. Así que no se rinda ni se sienta avergonzado cuando cometa un error. A corto plazo lo que de verdad cuenta no son los progresos que va realizando, sino si lo ha intentado o no. El Señor es capaz de bendecir sus esfuerzos mucho más allá de lo que se merecen, en esto y en cualquier otra cosa.
CURSOS DISPONIBLES
El curso de seis semanas de aprendizaje de idiomas del Summer Institute of Linguistics se celebra cerca de High Wycombe, Guckinghamshire, y comienza en el mes de julio de cada año. Cursos semejantes tienen lugar en Francia y Alemania. Para recibir más detalles puede escribir a SIL, Horsleys Green, High Wycombe, Bucks HP14 3XL.
PARA SABER MÁS SOBRE EL TEMA
     E.T. y E.S. Brewster, LAMP (Language Acquisition Made Practical): Field Methods for Language Learners, publicado en 1976 por Lingua House, 915 West Jackson, Colorado Springs, Colorado 80907, USA. Muy claro, práctico y fácil de usar.
     E.T. y E.S. Brewster, LEARN! Language Exploration and Acquisition Resource Notebook, Lingua House, 1981. La misma dirección que el anterior.
     D.N. Larson y W.A. Smalley, Becoming Bilingual – a Guide to Language Learning. Publicado en 1972. Se puede conseguir en William Carey Library, 533 Hermosa Street, South Pasadena, California 91030, USA. Un excelente y práctico libro, aunque bastante más técnico que LAMP.
     E.W. Stevick, Teaching and Learning Languages, Cambridge University Press, 1982.
     H. Douglas Brown, Principles of Language Learning and Teaching, Prentice–Hall, 1980.
     A. Healey (ed.), Language Learner’s Field Guide, Summer Institute of Linguistics, 1975.
     D.N. Larson, Guidelines for Barefoot Language Learning. An Approach through Involvement and Independence. Publicado en 1984 por CMS Publishing Inc, 3570 North Rice Stree, St Paul, Minnesota 55112, USA.
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AYUDANDO
A OTROS
A APRENDER
Ruth Batchelor
El meollo de la buena enseñanza no es cuánto se enseña, sino cuánto se aprende. La palabra “educación” evoca en nosotros recuerdos de pupitres y pizarras, bibliotecas y salas de lecturas, empollar y hacer los exámenes.
Pero no aprendimos a vestirnos, a cruzar una calle con mucho tráfico, a jugar a la peonza o a las canicas, a intentar ligar con un chico o una chica, o a hacer callar a un bebé que llora en un aula, ni tampoco nos lo enseñó un maestro profesional.
Muchos de nosotros (para sorpresa nuestra) nos encontramos con que en un país en vías de desarrollo tenemos que enseñar adultos. Uno puede dejarse dominar por el pánico e imitar la manera en que le enseñaron en la escuela o instituto. Pero en lugar de eso, intente descubrir cómo aprenden esas personas concretas, aquellos que no están condicionados por las prácticas educativas de Occidente necesitan métodos distintos. Esto puede conseguirlo investigando fábulas, leyendas, canciones, tradiciones y teatro. ¿Qué valores y actitudes ponen de manifiesto? Averigüe cómo se transmiten los conocimientos de un agricultor, un artesano o un ama de casa. Aprenda deliberadamente un oficio que le resulte nuevo. No dude en mostrar que a usted también le resulta difícil aprender, y que siente un respecto por su experiencia y destreza. Una vez lo haya hecho, asegúrese de que tiene un objetivo claro: ¿piensa ayudarles a aprender información, adoptar una práctica o perfeccionar una habilidad?
CÓMO DAR CLASES
En primer lugar debe preguntarse si el método de dar una explicación resulta adecuado o no, teniendo en cuenta que el 90 % de lo que oímos lo olvidamos casi de inmediato. Así que cualquier información de este tipo necesita ser reforzada mediante la discusión, el debate, las ilustraciones, la revisión, los ejercicios y, especialmente, el uso.
1. Tenga claro cuáles son sus objetivos
Lo primero que debe hacer es escribir un objetivo que conste de tres partes:
     ¿Qué conocimientos quiere usted impartir?
     ¿De qué manera quiere alterar los sentimientos, motivaciones y actitudes de la persona?
     ¿Cómo espera que esto influya en sus acciones?
2. Capte el interés enseguida
Desvele algo poco habitual pero relevante. Cuente una ilustración o una experiencia personal. En particular, intente establecer una relación de comunicación entre usted y el grupo.
3. Asegure la participación
Después de presentar el tema haga que el grupo hable. Divida la clase en parejas o pequeños grupos para tratar la pregunta que ha formulado. Pregunte (por ejemplo) qué problemas tienen los bebés de seis a doce meses, o con qué frecuencia debería cambiarse el aceite en un Land Rover, o qué problemas se afrontan cuando se siembran plantes de semillero de… Pasados tres minutos, pídales sus aportaciones y escriba una lista sobre la pizarra o en un papel.
4. Fomente la evaluación personal
Déle tres piedras o tres guisantes a cada persona. Haga una afirmación. Los que están en desacuerdo que pongan las piedras en su mano izquierda. Los que estén a favor, pero con reservas, pueden recoger sólo una piedra. Por ejemplo, a ningún bebé habría que alimentarle con biberón; toda la tierra cultivable
debería ser quemada cada año; nunca hay que conducir un camión si no funcionan todas las luces. Después regrese a la discusión en grupos mientras ellos explican sus razones para decidir lo que decidieron.
5. Utilice el teatro improvisado
Cada uno asume un papel en una situación que presenta diferentes preocupaciones y problemas. Los expresan en voz alta e intentan transmitir cómo se sentirían ellos como individuos.
6. Pruebe con materiales visuales
No obstante, deben ser auténticamente relevantes para la cultura y la situación. Compruebe qué ve la gente local. Investigaciones recientes sugieren que los dibujos deberían adaptarse a las condiciones locales. Deje fuera los detalles insignificantes; lo mejor son los dibujos con trazos sencillos. Introduzca nuevas técnicas de una manera práctica; los dibujos servirán de ayuda más tarde. Bosqueje lo esencial con lápices de colores o tinta. Procure no tapar una lección pobre en contenido con una ayuda visual. Una pizarra tiene muchas ventajas. Puede ser barata, inoxidable, resistente al agua, portátil, hacerse en cualquier parte, reemplazarse con facilidad, y además funciona sin pilas ni electricidad. Con la práctica y el empeño verá que una pizarra puede ser muy valiosa.
CÓMO ENSEÑAR DE FORMA INFORMAL
Gran parte de su enseñanza será inconsciente, ya que todos transmitimos nuestras actitudes, nuestros prejuicios y nuestras preferencias. No subestime la influencia, para bien o para mal, que pueda usted ejercer de manera involuntaria.
Uno de los peligros del método de enseñanza basado en la conferencia o la explicación en clase es que de manera natural hablamos desde nuestro trasfondo, que es diferente del de las personas a las que enseñamos. Tenemos más recursos y menos experiencia del pensamiento y la repuesta locales. Un trabajador de campo filipino dijo: “Muchos cooperantes no se dan cuenta de que a menos que se produzca una discusión el aldeano no lo va a entender. Si no le entiende no estará de acuerdo, y si no está de acuerdo no cambiará”. Así pues, la discusión tiene una importancia capital.
El Dr. Merrill Ewert trabajó en Zaire con un equipo de desarrollo rural (DR). Allí se encontró con que el debate informal en un pueblo se transformaba mediante preguntas intencionadas y hábiles. De esta manera se pueden discutir los problemas a fondo y se pueden sugerir soluciones, no por parte de los “expertos”, sino de los habitantes de la aldea. Sin embargo, es el cooperante quien facilita y lleva el peso de la discusión. Veamos un breve ejemplo:
Obrero DR:     ¿Cómo cuidan los pollos en esta aldea?
Mukanda:      Se cuidan solos. Dejamos que busquen la comida. Pero por la noche los encerramos en la cocina.
Obrero DR:     ¿Por qué hacen eso?
Soda:          Debido a los ladrones. En enero alguien me robó todos los pollos menos uno. La gallina incubó ocho polluelos, pero sólo me quedaban siete.
Obrero DR:     ¿Qué pasó?
Soda:          ¡El perro se lo comió!
Obrero DR:     Y ¿qué hay de los demás? ¿Tienen ustedes problemas con sus pollos?
Mukanda:      Sí. La semana pasada murieron algunos de los míos.
Obrero DR:      ¿Por qué murieron? ¿Murieron algunos más en la aldea?
Mukanda:      Fue por culpa de la diarrea. Los pollos de mi vecino ya habían muerto.
Obrero DR:     ¿Todos en la aldea perdieron sus pollos?
Mukanda:      No. Los pollos de mi hermano no se murieron.
Obrero DR:     ¿Por qué murieron sus pollos y no los de su hermano?
Mukanda:     No lo sé. Debe de ser la voluntad de Dios.
Obrero DR:     ¿Dónde vive su hermano?
Mukanda:     Al otro lado de la aldea.
Obrero DR:     ¿Por qué vivieron sus pollos y los suyos murieron?
Mukanda:     No lo sé.
Obrero DR:     Sí, pero ¿por qué?
Mukanda:     Tal vez los pollos de mi vecino hicieron enfermar a los míos.
Obrero DR:     ¿Puede un pollo hacer enfermar a otro?
Mukanda:     Sí, igual que la gente. La familia Kamba tuvo tuberculosis. Primero el padre, luego la madre y más tarde dos de los hijos.
Obrero DR:     ¿Qué debería haber hecho la familia Kamba para que los otros no enfermaran?
Mukanda:     Si el padre se hubiera mantenido apartado del resto de la familia los demás no hubieran caído enfermos.
Obrero DR:     Usted ha dicho que si la gente enferme se hubiera mantenido lejos de la gente sana éstos no hubieran enfermado.
Mukanda:     Sí, eso es lo que quise decir.
Obrero DR:     Pero ¿qué está diciendo sobre los pollos enfermos y los sanos?
Mukanda:     Si se mantienen los pollos sanos alejados de otros pollos enfermos entonces los tuyos no enfermarán.
Obrero DR:     ¿Qué opinas, Soda?
Soda:          Tiene sentido. Pero ¿cómo se hace eso?
Obrero DR:     Esa es una buena pregunta. ¿Puede alguien contestarla?
Soda:          Uno podría construir un lugar al que no pudieran entrar los pollos de los demás…
Atta:          …¡levantar una verja y mantenerlos fuera!
Obrero DR:     ¿Qué tipo de barrera?
Y así continúa la discusión: se mencionan las ventajas y las desventajas y se sugieren y estudian las alternativas.
Lea otra vez la conversación y considere lo siguiente:
¿Cómo se asegura el obrero de desarrollo rural de que la discusión llegue a una conclusión concreta? ¿Cómo se hace eco de las palabras que se hablan y porqué lo hace? ¿De qué manera demuestra que valora sus sugerencias? ¿Cuánto consejo da? ¿Está de acuerdo con él, y por qué?
La mayor parte de las preguntas en inglés comienzan con quién, cuál, qué, cuándo, dónde. Para contestarlas utilizamos nuestra memoria. Algunas empiezan con cómo y por qué. Estas requieren razonar. Fíjese en cuántas de las preguntas de esta conversación comienzan por “cómo” y “por qué”.
Merrill Ewert dijo: “Es importante ayudar a la gente a centrarse en sus problemas utilizando medios que induzcan a la reflexión y, finalmente, a la acción. Sin embargo, para nosotros la manera más eficaz de aprender los métodos de extensión es mediante el análisis post morten que realiza nuestro equipo de los seminarios, reuniones y visitas efectuadas.”
Intente llevar a cabo este tipo de discusión con un grupo en el que pueda tener lugar el intercambio de ideas. Evite ser usted quien introduzca nuevas ideas al principio. Alimente el debate lanzando preguntas para ayudar a que la gente discurra. Déle participación a otras personas mencionándolas por su nombre. Haga que la discusión se dirija hacia las acciones concretas que vayan sugiriendo aquellos que mejor conocen las limitaciones y los riesgos – la gente del lugar. Pídale al grupo que repita nuevamente los problemas que están discutiendo y las formas de afrontarlos. Esto refuerza lo que se ha descubierto y puede animar a otros para que expresen lo que han oído. También les ayuda a “apropiarse” de las ideas que se han expresado o a expresar su desacuerdo con ellas si así lo desean.
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CÓMO RELACIONARSE
CON OTRAS CREENCIAS
Bill Houston
Bill Houston nació en Zambia y cuando era niño se trasladó a Sudáfrica, donde más tarde se licenció en ciencias en la universidad de Ciudad El Cabo. En 1973 se unió a la Asociación de Estudiantes Cristianos de Sudáfrica y llegó a ser su secretario general en 1977. Entre sus estudios posteriores están una licenciatura en sociología, una diplomatura en teología (LBC) y una licenciatura en teología por la universidad de Sudáfrica. En septiembre de 1986 accedió a un puesto en la facultad del All Nations Christian College, donde imparte clases en temas relacionados con la misionología.
La fe cristiana pretende ser universalmente cierta con respecto a su revelación de Dios, los medios y la naturaleza de la salvación y los propósitos de Dios para el mundo. El mejor y más escueto sumario de esta posición es la primitiva confesión cristiana de que “Jesucristo es el Señor”. Esto crea un problema. “Uno de los problemas teológicos más difíciles y cruciales que enfrenta la iglesia de hoy es entender el señorío de Jesucristo sobre un mundo que es religiosamente plural” (Anderson & Stransky, Christ’s Lordship and Religious Pluralism – El Señorío de Cristo y el Pluralismo Religioso).
La gente que pertenece a las sociedades que cuentan con religiones primitivas no tiene este problema. Sus creencias están estrechamente relacionadas con la zona geográficamente limitada en la que viven. Ellos no se arrogan ningún tipo de universalidad ni tienen una visión misionera. Pero la visión misionera es parte de la naturaleza misma de la iglesia. “Como el fuego es a la combustión, así es la misión a la Iglesia” dijo Emil Brunner.
Nuestro Dios es un Dios misionero –Él envió a su Hijo. El Hijo es un Hijo misionero –Él y el Padre enviaron al Espíritu Santo. El Espíritu es un Espíritu misionero –Él llama y envía a los cristianos al mundo para que lleven el testimonio de Jesús y glorifiquen a Dios.
Por lo tanto, la misión forma parte de la propia naturaleza de la Trinidad. Es a la hora de salir al mundo cuando surge el tema del encuentro entre las distintas creencias religiosas.
La iglesia siempre ha tenido que lidiar con el reto de relacionarse con otras religiones. La iglesia primitiva, por ejemplo, tuvo que resolver esta relación con el judaísmo, después con las religiones del mundo grecorromano, con las religiones mistéricas de Oriente Medio y con el gnosticismo. Este desafío no es algo nuevo que haya surgido en el siglo XX, pero ha crecido en importancia. La gente es mucho más consciente que antes de las otras muchas religiones existentes.
UNA CONCIENCIACIÓN CRECIENTE
El incremento en los viajes internacionales, por motivos de negocio o por puro placer, ha hecho que los occidentales entraran en estrecho contacto personal con personas de diferentes credos. El budismo, el islam y el hinduismo se pueden ver directamente. A medida que la gente se ve forzada a tomarlos en serio puede que comiencen también a evaluar de nuevo la fe cristiana.
Los movimientos migratorios hacia Occidente y la presencia de obreros o refugiados de otros países ha cambiado la composición religiosa de muchos países. En el Reino Unido, Leicester cuenta con la segunda comunidad hindú más grande fuera de la India. Ahora mismo hay unos doscientos mil sikhs viviendo en Gran Bretaña y casi seis millones de musulmanes en los países de la Unión Europea. Hoy no resulta infrecuente encontrar mezquitas en las ciudades británicas. En algunas escuelas los gentiles (cristianos) están en minoría. Los profesores de educación religiosa se enfrentaron al problema de la enseñanza de las verdades cristianas en un contexto plurireligioso mucho antes de que la mayoría de religiosos lo colocara incluso en sus agendas.
En las sociedades multirraciales y religiosamente plurales resulta de fundamental importancia propiciar el entendimiento y la buena voluntad. El mundo necesita la cooperación entre las confesiones para abordar las preocupaciones universales de una humanidad harta ya de guerras que lucha por la justicia social, la mera supervivencia y la armonía mundial. Es por eso que muchos han sugerido que no sería prudente causar disensión y malos sentimientos predicando el evangelio. Parece difícil para una iglesia local mantener juntos los dos polos de una buena vecindad y el celo evangelístico.
La educación occidental ha ido enseñándole más a la gente sobre otras religiones y la ha hecho consciente de las similitudes y las diferencias, los fascinantes enfoques de la espiritualidad y los diversos énfasis éticos, tales como el movimiento de la no–violencia de Mahatma Gandhi. Algunas veces esto hace cobrar conciencia de los fracasos de nuestra propia cultura. ¡Cuánto se ha secularizado Occidente! ¡Qué materialista es! Las cosas se anteponen a las personas. ¡Qué bárbaro resulta pensar en las matanzas producidas en las dos guerras mundiales! ¡Qué triste pensar en la alta tasa de divorcios y la multitud de niños emocionalmente dañados!
El fin de la era colonial y el declive de los poderes coloniales europeos ha venido acompañado por el surgimiento de estados nacionales seguros de sí mismos e independientes. En algunos de ellos – como por ejemplo en los estados islámicos –la religión es la piedra angular de la identidad nacional. Los países “no cristianos” también ejercitan sus músculos financieros. Los estados árabes ricos en petróleo, Japón, Corea y Taiwán son destacados ejemplos de ello.
La relación que se establece de manera inconsciente en la mente de las personas entre la supremacía del evangelio y el poderío de la “cultura” occidental, la tecnología, la fuerza de las armas y de las economías ya no es válida. ¿Acaso fue el cristianismo lo que hizo grandes a las naciones de Occidente? Si es así, viendo entonces su relativo declive ¿no estarían bajo sospecha las misiones cristianas en su totalidad?
Esta línea de pensamiento ha socavado las convicciones de algunos cristianos sobre la validez de las misiones cristianas.
Otra influencia corrosiva ha sido la pérdida de confianza en las Escrituras. “Gracias a la crítica bíblica negativa y a las presiones del pensamiento secular de Occidente, los cristianos occidentales han llegado a sentirse inseguros de su propia fe” (editorial, Themelios, IFES, enero de 1984). Algunas personas están tan inseguras de las pretensiones de la Escritura que se han convertido en universalistas, creyendo que todas las enseñanzas religiosas se pueden equiparar.
Lo que es más, las religiones no cristianas de hoy tienen una mentalidad más misionera. ¡Nos encontramos en el lado receptor de los esfuerzos misioneros de otras personas! El hinduismo ya no está confinado en la India. La misión Ramakrishna cuenta con centros en muchos países. A finales de los 60 y durante los años 70 muchas personas desilusionadas fueron hacia Oriente en busca de un sentido para la vida. El budismo Zen también puede encontrarse en Occidente. El islam es particularmente vigoroso a la hora de propagar su fe. Incluso las religiones tribales tradicionales, entre las que se produjo el mayor número de conversos al cristianismo, están respondiendo de una manera creativa a la modernidad revisando, adaptando y manteniendo sus religiones.
En 1913 un misionólogo alemán, Johannes Warneck, en su libro The Living Christ and Dying Heathenism (El Cristo Vivo y el Paganismo Agonizante), observó que el paganismo parecía estar agonizando. Se ha demostrado que el ambiente de optimismo de la conferencia misionera mundial celebrada en Edimburgo en 1910 era infundado.
El resultado neto de todo esto es que la fe cristiana generalmente es considerada en el foro de las religiones mundiales como una entre iguales. Ello significa que algunos cristianos han perdido su empuje misionero y cuestionan el conjunto de la tarea misionera.
Por otro lado también se han producido algunos beneficios. La auténtica misión ha sido despojada de su complejo de superioridad imperialista o paternalista. Esta atmósfera de escarmiento le permite a las misiones seguir más fielmente el ejemplo mostrado por Jesús, el siervo sufriente. El rápido incremento en el número de cristianos del Tercer Mundo que han salido a otros países como misioneros transculturales (un estudio habla de un total de más de 20.000 misioneros no occidentales) hará desaparecer en su momento el estigma que asocia el evangelio con la cultura occidental, y demostrará la naturaleza universal de la iglesia, llamada por nuestro Dios universal a desarrollar una labor de alcance mundial.
Está claro, pues, que la relación entre el cristianismo y otras religiones mundiales es un tema candente en la actualidad. Cualquier cristiano que tenga pensado vivir en el contexto de otra religión debe decidir cuál va a ser su aproximación a otras religiones.
CINCO POSIBLES ENFOQUES HACIA OTRAS RELIGIONES
La diversidad de actitudes hacia otras religiones puede confundir a quien se acerque a este asunto por primera vez. Esta diversidad se produce como consecuencia de los distintos enfoques hacia las Escrituras y de los diferentes encuentros con otras religiones. Ni siquiera es fácil clasificar las escuelas de pensamiento, ya que un grupo puede solaparse con otro. El espectro de pensamiento va desde la discontinuidad radical entre el cristianismo y las demás religiones hasta la continuidad entre ellas.
1. Discontinuidad radical
De acuerdo con esta postura, el cristianismo es la única religión verdadera y todas las demás religiones son un fraude. El resto de religiones son el producto del pecado, que ha echado a perder cualquier revelación original que pudiera haber, y de la obra de Satanás, que ha cegado los ojos de sus devotos. De ahí se sigue que el cristiano no tiene nada que aprender de ellas. No existe ningún tipo de continuidad entre la revelación de Dios en Cristo y las religiones no cristianas. Tertuliano, el primitivo apologista cristiano, defendió este enfoque. Fue él quien dijo: “¿Qué tiene que ver Atenas con Jerusalén?”. La gente oculta la verdad de la revelación de Dios debido a su maldad y cambia la verdad de Dios por una mentira. Quienes mantienen este punto de vista dirían que tales personas no tienen excusa y por tanto son culpables ante Dios.
Karl Barth es un exponente moderno de esta postura. No obstante, él creyó que cualquier religión (incluyendo el cristianismo en la medida en que es el resultado del esfuerzo humano) es, de hecho, una expresión de la huida del hombre de Dios.
2. Preparación para Cristo
Se propone que el cristianismo no viene para destruir, sino para cumplir y completar. Tan sólo en Cristo encuentran las demás religiones su cumplimiento. Este enfoque sugiere que de la misma manera que la ley del Antiguo Testamento y la práctica del judaísmo fueron una preparación para la venida de Cristo, aunque resultaban inadecuadas en sí mismas, también Dios utiliza las otras religiones mundiales de una manera similar. Su percepción parcial es corregida y completada por el evangelio.
Algunos de los primeros apologistas cristianos (Ireneo y Orígenes) argumentaron de esta manera con respecto a los grandes filósofos griegos. Ellos reinterpretaron el “logos” griego y lo relacionaron con Jesús, el Logos del Nuevo Testamento. El resultado fue una valoración positiva de las religiones no cristianas.
Más tarde, las teorías evolucionistas dedujeron que las religiones “inferiores” necesitaban desarrollarse hasta alcanzar una forma superior, esto es, el cristianismo. Una afirmación clásica de esto puede encontrarse en un libro escrito en 1913 por J. N. Farquhar, The Crown of Hinduism (La Corona del Hinduismo). Para él, el cristianismo era la corona del hinduismo.
3. Continuidad y discontinuidad al mismo tiempo
Calvino, basándose en Romanos 1, enseñó que todas las personas tienen algún sentido de la divinidad, la cual se hace evidente a través de la creación, de la historia y de la conciencia. Incluso la gente más degradada conserva algún germen de verdadera religión (semen religionis). Sin embargo existe una enorme sima entre esta “religión natural” y la “revelación especial” de Dios en Cristo, que es la única suficiente para alcanzar la salvación. De ahí se deduce que otras religiones pudieran tener algunos elementos verdaderos, pero que no hay salvación fuera de Cristo.
4. Analogías de la redención
Un reciente e innovador enfoque es el propuesto por Don Richardson, autor de Peace Child (Niño de Paz). En su libro Eternity in Their Hearts (Eternidad en sus Corazones) habla de una “asombrosa evidencia de fe en el único Dios verdadero en cientos de culturas de todo el mundo”. Dios no ha dejado de dar testimonio de sí mismo (Hechos 14:17), sino que en cada cultura aparecen historias o prácticas que los cristianos pueden utilizar como analogías de la redención y con las que pueden formar la base para la predicación del evangelio. Si bien la religión no cristiana no enseña el verdadero camino de salvación, sí contiene elementos que pueden utilizarse como puentes entre la predicación de Cristo y la religión “pagana”.
5. La postura de la Iglesia Católica Romana
La encíclica Ecclesiam Suam (1964) dispone las religiones en una serie de círculos concéntricos, con la Iglesia Católica Romana situada en el centro y seguida de otros cristianos, judíos, musulmanes, otros teístas, otras religiones y ateos.
Tradicionalmente, la teología católica, que se ha visto influenciada por la distinción de Tomás de Aquino entre “naturaleza” y “gracia”, ha realizado una valoración más positiva de otras religiones naturales. Teólogos más recientes, como Karl Rahner, han argumentado que las religiones no cristianas son los caminos ordinarios de salvación, mientras que la religión cristiana es el camino extraordinario. Por tanto, es posible considerar a los seguidores de estas religiones como “cristianos anónimos”.
DE LA CONCIENCIA AL DIÁLOGO
Queda claro que cada uno de los enfoques bosquejados anteriormente puede tener un profundo impacto sobre los objetivos y métodos de las misiones. Haría bien el lector en leer la crítica que hace Lesslie Newbigin sobre las diversas posturas en su libro The Open Secret (El Secreto Revelado).
No disponemos del suficiente espacio para considerar los enfoques universalistas que enseñan que todas las religiones no son más que caminos distintos hacia una sola verdad. Los caminos pueden ser religiosos, filosóficos, místicos, éticos o culturales, pero en cada caso intentan igualar el cristianismo con otras religiones y otorgarle a todos una percepción igualmente válida pero parcial.
Las actitudes afectan nuestras acciones. El cristiano debe examinarse a sí mismo en busca de cualquier actitud de racismo, paternalismo o un cierto sentido de superioridad. Los cristianos que van al extranjero deben ser embajadores de Cristo y de su evangelio, y no agentes de la cultura occidental, del capitalismo o de la tecnología. Seremos cartas vivientes vistas y leídas por los nacionales. Como embajadores del evangelio necesitamos estar marcados por el evangelio. Estos atributos deberían caracterizar nuestros encuentros con personas de otras confesiones.
La palabra “de moda” es diálogo. John Stott, en su libro Christian Mission in the Modern World (La Misión Cristiana en el Mundo Actual), presenta cuatro marcas del auténtico diálogo. En primer lugar está la marca de la autenticidad personal. Hemos de ser vistos como seres humanos de verdad que mostramos un amor genuino. Somos, al igual que los demás, igualmente pecadores, estamos igualmente necesitados y dependemos igualmente de la gracia de Dios. La otra persona también es un ser humano, so sólo un objeto (o un alma) para ser evangelizado. El diálogo es un verdadero encuentro de persona a persona. El diálogo coloca el evangelismo en un contexto auténticamente humano. El apóstol Pablo lo resume de form hermosa en 1ª Tesalonicenses 2:7–8: “Más bien, entre vosotros fuimos tiernos, como la nodriza que cría y cuida a sus propios hijos. Tanto es nuestro cariño para vosotros que nos parecía bien entregaros no sólo el evangelio de Dios sino también nuestras propias vidas, porque habéis llegado a sernos muy amados.”
En segundo lugar, el verdadero diálogo lleva la marca de la humildad. Al escuchar a las personas las respetamos como seres humanos hechos a imagen de Dios. No podemos desechar con dureza sus puntos de vista, ni tampoco deberíamos intentar ganar debatiendo punto por punto. Puede ser que algunas de sus falsas ideas sean culpa nuestra, o producto de los errores de los cristianos en el pasado, o debido a que tiene una caricatura deformada de Cristo. Sí, puede que estén equivocados, pero también lo estuvimos nosotros en otro tiempo. Lo primero que hace el Espíritu Santo es convencernos, y luego a través nuestro convencer al mundo. Vamos como mendigos contándoles a otros mendigos dónde encontrar pan. No intente defender los vergonzantes errores del cristianismo como religión –las cruzadas, la pasividad de la iglesia durante el holocausto, la justificación teológica del apartheid, el hecho de que la iglesia es parte del problema y no de la solución en Irlanda y en otros lugares. Con la debida humildad apunte más allá, hacia Jesús. La humildad en la evangelización es una hermosa gracia.
En tercer lugar, el verdadero diálogo tiene la marca de la integridad. Necesitamos escuchar para comprender las verdaderas creencias de la otra persona. Al final usted debería ser capaz de decir: “Tal como le entiendo a usted, esto es lo que usted cree…” Y ellos dirán: “Sí, eso es.” Esto es lo que usted esperaría que otros hicieran con usted. No tiene por qué estar de acuerdo con su posura, pero al menos tendrá una comprensión precisa de su sistema de creencias y será capaz de centrar la Palabra de Dios en su respuesta. Nuestras ideas preconcebidas y nuestras falsas imágenes serán cambiadas. Usted será cambiado: ¡esté preparado para ello!
Entre las fuentes de información sobre otras religiones se encuentran sus oraciones, los libros sagrados, los sacerdotes y los santos, la tradición oral, los rituales, los lugares santos, el arte y la música religiosa, los tabúes y las prohibiciones. Intente comprender su cosmovisión. ¿Qué preguntas están intentando responder? ¿A qué asuntos de la vida se enfrentan? ¿Cuáles son sus suposiciones básicas acerca del mundo, la gente, el mal, la vida, la muerte, el tiempo, la ética y demás?
En cuarto lugar, el verdadero diálogo tiene el sello de la sensibilidad. Stott escribe lo siguiente: “La evangelización cristiana cae en el descrédito cuando degenera en estereotipos. Es imposible evangelizar mediante fórmulas fijas. Forzar una conversación siguiendo una línea predeterminada para alcanzar un destino predeterminado es mostrar una profunda falta de sensibilidad, tanto a las necesidades reales de nuestro amigo como a la dirección del Espíritu Santo. Esta insensibilidad es, por tanto, un fracaso tanto de la fe como del amor.”
Fíjese que el diálogo no significa que los cristianos deberían esconder o suspender sus creencias. Nada más lejos de la verdad. Para ser auténtico, un cristiano debe declarar las verdades que le resultan tan preciosas. De hecho, el diálogo estimulará a los cristianos a una comprensión más profunda de su fe en Cristo para poder responder a las perspicaces preguntas planteadas por el contertulio.
Llegará el día en que se producirá un choque fundamental entre creencias. Cuando entran en competencia diferentes reivindicaciones de la verdad, usted debería ser capaz de explicar cuatro cosas de manera razonable:
1.     La autoridad e inspiración de la Palabra revelada de Dios.
2.     La singularidad de Jesús como aquel Nacido de Dios encarnado que murió para ofrecerse por nuestros pecados y que resucitó de entre los muertos. El mensaje del evangelio no es acerca de una “religión”, sino acerca de una Persona, y la pregunta se reduce a: “¿Qué piensa usted sobre Cristo?”
3.     Que el propósito de salvación es inclusivo, pero que el medio de salvación escogido por Dios es exclusivamente a través de Cristo.
4.     Que Dios, por su Espíritu Santo, ha tejido una urdimbre de historia sagrada a través del pueblo del pacto en el Antiguo Testamento y mediante los miembros del reino de Dios como portadores del evangelio en “los últimos días”.
Uno no puede ser un discípulo de Jesucristo y no participar en la lucha por la verdad. El Nuevo Testamento nos llama a “convencer”, “condenar” o “reprender”. Otras religiones no son vehículos apropiados de salvación y se las debe mostrar como tales. La gente necesita que se desenmascare el pecado y que se le conduzca al arrepentimiento y la fe en Cristo.
Bertuzzi, F. (1989). Preparados para servir : Prepared to Serve. A practical guide to Christian service overseas (205). Barcelona, Spain: Tear Fund y Scripture Union.

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